El mayor obstáculo que enfrentan las personas con discapacidad no son los retos que su condición les impone, sino la discriminación que les impide desarrollar su verdadero potencial. Estas personas se ven obligadas a vivir en un entorno que no las ha tomado en cuenta, ni a ellas ni a sus familias, y con ello no sólo ha dejado escapar un gran capital humano, sino que ha contribuido a profundizar la pobreza y la segregación social. Hoy, ocho de cada 10 mexicanos con discapacidad, enfrentan al menos una de las seis carencias sociales: educación, salud, seguridad social, alimentación, vivienda digna y con los servicios básicos.
La exclusión nos lleva a hacer distinciones que no nos dejan ver que son más cosas las que tenemos en común que aquellas que nos separan. En materia de educación, la falta de acceso a cuidado infantil para niñas y niños con discapacidad, les ha impedido maximizar sus posibilidades de forjarse un mejor futuro desde la etapa más temprana de sus vidas. Por eso la Secretaría de Desarrollo Social, de la mano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, se ha dado a la tarea de hacer de sus estancias infantiles, espacios incluyentes.
Desde 2015 se trabaja en el “Modelo de Atención y Cuidado Inclusivo para Niñas y Niños con Discapacidad”, que favorece el acceso a oportunidades de integración social. Con este programa, no sólo se promueven actividades que puedan trabajarse con niñas y niños con o sin discapacidad, también se establece un puente de comunicación entre las familias y las responsables de las estancias para que el desarrollo continúe en casa. Además, cuenta con un componente particularmente valioso, la posibilidad de detectar alteraciones en el desarrollo o discapacidad, cuya atención desde edades tempranas puede tener efectos positivos permanentes.
En 2016, se capacitó a las responsables de estancias infantiles del sur y sureste del país: Campeche, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Puebla, Quintana Roo y Tabasco. Este año, este modelo de atención se extenderá a cerca de 5,500 estancias infantiles de otros 19 estados.
De esta forma, se triplicará el número de entidades federativas en donde las niñas y niños que acuden a estos espacios serán cuidados y formados con un enfoque de inclusión.
Velaremos por seguir fortaleciendo el marco institucional impulsado por el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad.
Además de generar ambientes incluyentes, no sólo beneficia a aquellos que sufren de discriminación, sino que constituye un elemento fundamental para crear un México más moderno, próspero y democrático para todos.