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Miguel Ángel Chico: Guanajuato: la catástrofe social

OPINIÓN

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Las catástrofes sociales son definidas como declinaciones a largo plazo de diversos factores. Desafortunadamente, hoy por hoy, Guanajuato puede ser considerado una. No es una cuestión de nombres propios, ni de colores, es una consecuencia de décadas de políticas públicas mal enfocadas. Durante los últimos 25 años los gobiernos de mi estado han optado por estrategias que privilegian la atracción de inversión extranjera directa. La lógica del mercado que corrige sus asimetrías de manera natural los ha orillado a pensar que el crecimiento económico se redistribuye de manera inercial. Sin embargo esto ha probado no ser así. La IED en economías de libre mercado como la nuestra, es condición necesaria, más no suficiente para alcanzar el bienestar. En la analogía donde la economía es un pastel, no basta con hacerlo más grande, es necesario que el gobierno se asegure de que todos reciban una parte, y que esta satisfaga sus necesidades. La riqueza debe centrarse en dotar de capacidades para la obtención de una vida digna a las persona. Hacer del individuo el objetivo central a través del cual se midan los logros del gobierno debe ser la manera en la que se entiende la economía. Cuando Amartya Sen -premio nobel de economía en 1998- habla de las catástrofes sociales lo hace pensando en pobreza, fragilidad material y desorganización social. Características, todas estas, ligadas a las teorías de desarrollo. Y rezagos identificables en el caso de Guanajuato.
Como ya se ha mencionado anteriormente en este espacio, Guanajuato ocupa la posición 26 en las mediciones de Desarrollo Humano a nivel nacional. Un contraste significativo con su desempeño económico. El crecimiento no corresponde tampoco a la generación de empleos formales, ni a la erradicación del empleo infantil, ni a la productividad. Todos estos problemas que se han agravado en los últimos años han generado una nueva crisis. La seguridad en el estado de Guanajuato ha sufrido un deterioro notable. Resulta lógico pensar que todos los problemas sociales han explotado y se han materializado en inseguridad. Guanajuato es una catástrofe social. Se requieren cambios en la estrategia de seguridad para resolver el problema urgente. Sin embargo, es necesario replantear la política social y económica del estado, comprender que la inversión y el crecimiento son buenos, pero insuficientes por sí solos. Generar un círculo virtuoso de desarrollo es complicado, y toma tiempo. No obstante se vuelve claro que si se dota de las capacidades necesarias al individuo estos generarán crecimiento económico que puede ser reinvertido en nuestro activo más valioso, el guanajuatense.
  * Senador PRI