El piso vacío del nuevo edificio de Bayer

El nuevo edificio corporativo de Bayer en la Ciudad de México —inaugurado en la víspera de la visita de la Canciller Ángela Merkel—, es probablemente uno de los sitios de mayor vanguardia en el escenario de los negocios en México: tiene más de 70 salas de juntas y dispone de unas peculiares cabinas de comunicación individuales (para llamadas privadas), así como de un área completa dedicada a facilitar procesos de innovación. En esta última, asientos y mesas de colores, dispuestos en modo de relajación, propician que equipos de trabajo se reúnan a inventar cosas nuevas. Pero hay un piso vacío. Es lógico, se podría pensar, como en cualquier corporación que piensa ir creciendo su negocio y disponiendo espacios para los nuevos empleados. No obstante, en este caso estos nuevos empleados podrían llegar masiva y repentinamente, y no de manera paulatina. ¿La razón? Bayer estima que, si todo avanza conforme a lo planeado, alrededor del mes de diciembre podría quedar materializada su adquisición de Monsanto por parte de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Ello podría ocurrir, además, en un período que empataría con las consecuentes autorizaciones en Europa y en Estados Unidos. Quizá podría haber alguna condición (la venta de alguna tecnología para algún cultivo específico, por ejemplo), pero nada que la detenga. Será gigante. Bayer será super poderosa. Una vez materializada la adquisición de Monsanto, la empresa que encabeza Stephan Gerlich dominará en México no solo en la categoría de medicamentos de libre adquisición (conocidos como OTC, como Aspirina), sino que también lo hará en todo el espectro de semillas y tecnología agrícola. En mi opinión, será sumamente interesante observar la forma en la que Bayer dirigirá sus esfuerzos para que avance en nuestro país todo el espectro de organismos genéticamente modificados, varios de los cuales ya se explotan aquí, pero cuya tecnología de vanguardia aún no es aprobada para un despliegue masivo en el caso del maíz. Los 40 millones de euros que invirtió Bayer en su nueva instalación son una muestra de otras inversiones futuras para México. A su moderno edificio se añadirá la remodelación del adyacente, lo que iniciará en 2018. Solo se dejará el vistoso cascarón color ladrillo que ha sido característico en la zona. Todo lo demás será remodelado con otra millonaria inversión. Bayer puede resistir embates competitivos porque suele actuar con mucha profundidad y cautela. A nivel global, el año pasado invirtió € 4 mil 400 millones en investigación y desarrollo. En adición, se sabe que cuenta con más de 51 mil patentes que amparan innovaciones en alrededor de 5 mil productos en todo el planeta. Enfrente de Bayer, en la calle Cervantes, ha quedado un nuevo edificio de General Motors. Y al poniente, Nestlé.   Columna anterior: El telefonema de Meade a las 3:00 pm