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Recordar que México es un país, no un municipio

OPINIÓN

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Hace algún tiempo, cuando el gobierno de Canadá decidió imponer visas a viajeros mexicanos ante lo que consideró como abuso del derecho de asilo, el gobierno de México respondió con su imposición propia de visados: específicamente a funcionarios del gobierno canadiense. Sería tal vez el momento de iniciar un programa así con Estados Unidos. Los políticos y funcionarios estadounidenses parecen tomar por sentado que el gobierno mexicano tiene demasiado interés en mantener la relación bilateral como para provocar algún tipo de desacuerdo, o crear alguna irritación. Pero quizá sea tiempo de recordar que, como dijo alguna vez Lorenzo Meyer, "México is a country, not a county" (México es un país, no un municipio). El requerimiento no sería para turistas o viajeros normales de negocios, sino una exigencia sólo para funcionarios estadounidenses en viaje de trabajo. Secretarios o lo que sea. Cierto, hay algunos departamentos que los merecen más que otros. Pero no podrían hacerse excepciones: tal vez limitar la entrada de funcionarios de la Patrulla Fronteriza, o de Inmigración y Aduanas, o del Departamento de Justicia en general. Y por supuesto de funcionarios de algunos estados, como Texas, Alabama, Mississippi, o Kansas. Ciertamente no sería otra cosa que una abierta expresión de molestia, menos irritante quizás que una visa generalizada. ¿Y por qué no?, si los corresponsales de México en Estados Unidos o de Estados Unidos en México son obligados a obtener visas y registrarse, si los funcionarios mexicanos deben pasar al menos por el paso protocolario de llevar visa en su pasaporte, ¿por qué no? Si cualquier agente de migración estadounidense se siente con derecho a gritar o maltratar a algún mexicano por la pura sospecha de que sea indocumentado, y la organización para la que trabaja y su equivalente de sindicato asumen que el hecho de ser uniformado estadounidense lo exime de responsabilidad al asesinar a algún presunto delincuente "ilegal" o por matar a alguien a tiros, a través de la frontera, ¿por qué hemos de aceptar su presencia gratis? Si el gobierno estadounidense se siente justificado por deportar incluso a quienes han peleado por él, México puede y debe cobrar a sus funcionarios su presencia aquí; si no tienen problema en echar del país a decenas de miles de jóvenes que son nacidos ahí, o crecieron ahí, de padres indocumentados ¿por qué México no ha de recuperar aunque sea en parte el costo de la educación y la incorporación de menores que en muchos casos eventualmente regresarán a aquel país? No se trata de tit pòr tat. Los viajeros de México a Estados Unidos deban pasar por semanas de trámites para obtener un visado, mientras que los estadounidenses prácticamente no tienen más necesidad que mostrar su licencia de conducir. Pero tal vez sea tiempo de que los funcionarios y políticos estadounidenses pidan y paguen por sus visados mexicanos. Si no por otra cosa, para recordarles que México no es el estado 51. Es un país.   Columna anterior:Estados Unidos y su “guerra civil fría”