El Mundial de Fórmula 1 llega a su ecuador con una diferencia de tan sólo un punto de diferencia entre los dos pilotos que encabezan la clasificación: Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, un hecho que quizá nadie imaginaba.
Y esa mínima diferencia ha encendido la chispa de una emocionante rivalidad, algo que no había sucedido en los últimos tres años.
Las primeras sensaciones de que 2017 podía ser distinto se percibieron en febrero, cuando los diez equipos realizaron las pruebas de pretemporada en el circuito de Barcelona, la pista donde renació la ilusión de los tifosi por volver a sentirse ganadores.
El SFH-70 que construyeron los ingenieros de Ferrari parecía un coche competitivo, y ya se ha visto que supieron adaptarse bien al cambio de reglamentación, traducida en un chasis más amplio y unos neumáticos aumentados, que le confieren una mayor velocidad. Así que el diseño de este monoplaza es un digno homenaje a la memoria de Enzo, Il Comendatore, que hace 70 años tuvo un maravilloso sueño.
Desde luego que el W08 fabricado por Mercedes conserva la fiabilidad de sus tres potentes antecesores. De antemano se sabía que los de Brackley no iban a quedarse atrás, fieles a ese talante dominador que forma parte de su esencia, y sin olvidar que están respaldados por un presupuesto de 470 millones de euros, el más cuantioso de todos.
Pero tal vez los miles de seguidores de Ferrari eran un tanto escépticos de que su equipo pudiera enfrentar a Mercedes de una manera tan directa, sobre todo después de que habían tenido que soportar con resignación los apabullantes triunfos de Hamilton y Nico Rosberg.
Aunque hoy día Mercedes lidera la clasificación de constructores, con un total de 330 puntos, y una ventaja de 55 con respecto de Ferrari, tener a Vettel en punta será una gran motivación sicológica para mantener el nivel de concentración dentro de la scuderia.
No hay que olvidar que el año pasado Hamilton se distrajo mucho durante las vacaciones. Y el domingo pasado, durante la conferencia de pilotos, se mostró incómodo cuando un periodista le preguntó, maliciosamente, cómo se iba a preparar durante la época de descanso. Porque fue evidente que Lewis se tiró a la fiesta, desdeño la disciplina de Nico y éste le arrebató la corona en la segunda parte de la temporada. De nada sirvió la tardía reacción del inglés.
A reserva de saber qué pasará en el Gran Premio de Hungría, programado el domingo 29 de julio, antes del descanso, por ahora el interés del campeonato ha ido en aumento y esta circunstancia se ha convertido en un revulsivo para la afición, que ya estaba cansada de ver, invariablemente, a los pilotos de las flechas plateadas en el podio.
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