De desahuciado a sucesor

Es Luis Serna, el amigo de toda la vida, ‘el hermano’, el secretario particular de Miguel Ángel Mancera, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Su reaparición pública, el pasado 10 de julio, volvió a colocarlo como el hombre más fuerte para suceder a Mancera cuando deje la jefatura de gobierno para buscar la candidatura presidencial. Luis Serna estuvo atendiendo problemas de salud en el Hospital Militar, en meses recientes. Algún enemigo político se atrevió, incluso, a desahuciarlo. Recordemos que la incursión de Luis y su hermano Julio César Serna causó recelos entre algunos perredistas que se ‘lamían los bigotes’ esperando una posición de privilegio cuando el Dr. Mancera se convirtió en Jefe de Gobierno. Los dos hermanos Serna y Miguel Ángel Mancera han sido amigos desde niños. Fueron vecinos y compañeros de escuela. Mancera y Julio fueron compañeros de clase y Luis es un poco menor. Su amistad se fortaleció, además, en el ámbito familiar. Los cercanos saben que el Jefe de Gobierno no toma ninguna decisión importante sin platicarla con Luis. Con él planeó aquella intervención quirúrgica ambulatoria por una arritmia cardíaca que se complicó y casi le cuesta la vida. Ambos acordaron que aquel viernes temprano acudirían a un compromiso de agenda. Después, al hospital para ser intervenido a media mañana y dado de alta por la tarde, descansar sábado y domingo y regresar el lunes a la actividad normal. Solo el círculo cercano de Mancera notaría su ausencia de dos días. Nadie contaba con que las cosas saldrían mal, lo que obligó a los médicos a realizar una operación a corazón abierto de emergencia. Luis Serna en ningún momento se despegó del hospital. Fue el encargado de estar en contacto con el equipo médico e informar a los medios y en redes sociales sobre la condición de Mancera. En algún momento dijo a los reporteros “ustedes están pendientes, porque es el Jefe de Gobierno. Para mí, es mi hermano”. Desde hace mucho tiempo, Luis Serna goza de la confianza total de su jefe y amigo. Se le atribuyen una gran mesura, tacto, capacidad de negociación y conciliación. Se le describe como un funcionario eficiente que ha tejido una amplia red de relaciones políticas, sociales, culturales que lo configuran como el perfil idóneo para ser el interino en el Palacio del Ayuntamiento. Candado La abrupta suspensión de la sesión del Consejo General del INE, el viernes pasado, cuando estaban por discutir los rebases al tope de campaña en Coahuila despertó naturales sospechas. Ya se sabe que los ajustes a la fiscalización de los gastos de campaña para gobernador disminuyeron los montos del gasto excesivo, pero siguen estando muy por arriba del cinco por ciento previsto en la Constitución para anular la elección. Sin embargo, los expertos en temas electorales dicen que eso podría dar mayor margen de maniobra a PRI y PAN para la alquimia aritmética que les permita salir bien librados. El dilema del INE es enviar un mensaje de estricta vigilancia a los gastos de campaña y apego a la ley o laxitud.   Columna anterior: El TEPJF se atrevió y arrinconó a los Diputados