El pasado 11 de julio el gobierno capitalino, que encabeza Miguel Ángel Mancera, anunció cambios para los constructores; publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México la promulgación de la Norma Técnica para la Reducción de Estacionamientos.
Este “cambio de paradigma” como lo ha llamado el jefe de gobierno cita que los constructores ya no estarán obligados a incluir cajones de estacionamientos en los nuevos departamentos que pongan a la venta, con el fin de que puedan aprovechar este espacio y edificar más número de viviendas.
Incluso Mancera se dio cita con los representantes del sector y les dijo que “la población necesita un lugar para vivir, no un sitio para guardar sus automóviles”.
Suena una buena medida, pero no será que el gobierno capitalino puso la mirada en esta iniciativa porque existen 6.5 millones de cajones en la Ciudad de México y hay una demanda de 70 mil viviendas al año. Los constructores sacaban un extra por la venta de cada cajón; hoy ya no serán ellos los que cobren este recurso, sino las autoridades que han obligado a los arquitectos e ingenieros a que, de rebasar el número de estacionamientos en sus construcciones, tendrán que aportar un ingreso al Fondo Público de Movilidad y Seguridad Vial (costo que se traslada al consumidor final).
Pero supongamos que atendemos a la norma, compramos una casa sin un espacio para auto y así reducimos el uso del automóvil, seguramente el coche que ya tienen muchas familias lo estacionarán en la calle, en donde abonará a los parquímetros. Entonces observamos que sólo el dinero cambió de libros, porque vemos un poco más lejano que el transporte colectivo pueda ser eficiente en el corto plazo y que haya en todas las delegaciones vías para el uso de la bicicleta.
Se presumen, pero no se usan
Hay obras que cambiarían historias. En enero de 2016 el presidente Enrique Peña Nieto inauguró la Torre Quirúrgica del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, que dirige el Dr. César Athié Gutiérrez, con una inversión de más de 700 millones de pesos, la cual cuenta con 15 salas de cirugía; es el primer Quirófano Híbrido en México.
Es en términos médicos una gran aportación a la ciencia, el problema es que dicho quirófano, que cuenta con alta tecnología europea, alemana y polaca, lleva tres meses sin brindar servicios.
Nos cuentan que en conjunto, la Torre Quirúrgica y el Quirófano fueron diseñados para dar atención a pacientes en estado de gravedad y por el prestigio que tiene el Hospital General en atención médica, investigación y educación.
El Quirófano Híbrido es importante porque en él se pueden hacer trasplantes, cirugías, microcirugías, neurocirugías, y otras especialidades. Sin embargo, los pacientes se quedan esperando.
¿Estará enterado de esta situación el secretario de Salud, el Dr. José Narro Robles? Sería interesante y un compromiso ciudadano conocer los motivos por los cuales el Quirófano Híbrido lleva siendo solo un elefante blanco.
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