El secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruiz Esparza, tardó más de 24 horas en destituir al delegado de la dependencia a su cargo en Morelos, José Luis Alarcón -por la tragedia en el Paso Express- y, pensará, que con esa cabeza es suficiente.
Alarcón se tenía que haber ido antes, mucho antes. No sabemos a qué se dedicaba en Morelos, pero a ser representante de la SCT, no. Si lo fuera, hubiera leído los oficios que le entregaron, donde se advertía el riesgo. Uno de la ayudantía municipal de Chipitlán apunta el “riesgo” de “colapso” y la necesidad “urgente” de atender las fallas en la zona.
Tampoco leía periódicos: el 29 de junio, el Diario de Morelos advirtió peligros “ante el socavón y reblandecimiento del suelo provocado por la obra del Paso Express”. Le valió. Es más, cuando apareció, el 4 de julio, fue para pedirle a vecinos que se manifestaban, que desbloquearan la vialidad; protestaban porque no se atendía un socavón que se formaba.
Pero no solo no le importó a él, tampoco a su jefe que decidió llevar al presidente Enrique Peña Nieto a la inauguración de una obra que no estaba concluida y que, al día de hoy, no ha sido formalmente entregada. Las prisas de las vacaciones de semana santa, pudieron más que la seguridad de usuarios. Ahí estuvieron, sonrientes para la foto, todos, del presidente al secretario, pasando por el delegado y hasta el gobernador de Morelos Graco Ramírez que ahora, para desmarcarse, señala que a través de dependencias de su gobierno advirtió riesgos. Igual asistió y avaló con su presencia.
A la tragedia provocada por el socavón hay que sumar lo torpe de la reacción. Los ocupantes del vehículo que cayó, Juan Mena López y Juan Mena Romero, se comunicaron y pidieron ayuda. El auxilio tardó en llegar. Pudieron haber sobrevivido pero la falta de pericia y velocidad en las tareas de rescate, además de la trampa en que se convirtió el Paso Express, los mató.
Y la explicación del secretario, no es menos penosa: las lluvias atípicas “provocaron una creciente de ocho metros que arrastró basura y taponeó el drenaje (…) lo que originó el reblandecimiento del suelo y el socavón”. Las denuncias llevaban semanas, meses. Desde que Ruiz Esparza grabó un video, en abril pasado, manejando en pleno Paso Express, por ejemplo. En un fragmento, habla del drenaje: “tuvimos que hacerles drenaje (a los vecinos) para que la carretera tuviera circulación de agua y las casas de al lado pudieran desaguar también líquidos”.
Por esas fechas, el secretario expuso al presidente, a quien seguro vendió los mismos beneficios. Es una “gran autopista que se puede recorrer de manera rápida y segura”, dijo Peña Nieto en otro video. No lo fue. El Paso Express era una bomba de tiempo. Sus 14.5 kilómetros, que costaron dos mil 213 millones -152 millones de pesos cada kilómetro-, son una trampa.
Así que no, no alcanza con un despido secretario. Es como si Alden, la empresa encargada de la obra, cesara a un ingeniero o albañil. Hay mucho que usted y la constructora, deberán explicar.
-Off the record
Y Graco Ramírez, ocupado en la grilla. Aunque se lo ha dicho, no va con Miguel Ángel Mancera, como su candidato del Frente. Él ve a un panista encabezando la alianza y a sí mismo, como Jefe de gabinete. Tiene prioridades.
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