Banco Mundial potenciará fintech en México

Ojo banqueros. El Banco Mundial potenciará con recursos y estrategias de acción meticulosas al sector fintech en México. Lo hará a través de su brazo inversor, el International Finance Corporation (IFC). Su personal clave ya está en el país identificando las oportunidades específicas para inyectar recursos. El sector fintech —conocido como todos aquellos emprendimientos que utilizan la tecnología digital para facilitar el acceso masivo al crédito, a la dispersión de los seguros y en general a todo tipo de servicios financieros—, es una prioridad de altos vuelos para el IFC. Anteayer, por ejemplo, el grupo asiático CompareAsiaGroup anunció que había obtenido 50 millones de dólares de inversión para potenciar su modelo fintech en las siete naciones asiáticas donde opera. El IFC fue parte de esa inversión. Más de 28 millones de personas están utilizando a esa empresa para comprar seguros o adquirir tarjetas de crédito. El IFC quiere replicar esto en México. Y no solo eso. Esta semana está en nuestro país Irene Arias, cabeza del IFC para América Latina —donde la institución ha invertido más de Dlls. $ 16 mil millones—. Su propósito es elevar los Dlls. 1,293 millones de dólares que tiene invertidos en nuestro país y que representan poco más del dos por ciento de la cartera global que esta institución tiene desplegada por el planeta. El IFC ya no solo invertirá en proyectos que tengan la simple etiqueta de rentables financieramente hablando, o que reflejen solo avances simples en materia de infraestructura. Buscará inversiones que, además, hagan también sentido desde otros puntos de vista, como auxiliares en el desarrollo de una nación. Para ello, en el caso mexicano, dentro de sus nuevas iniciativas desplegará dos áreas de acción en adición a fintech: emprendimientos femeninos y combate al cambio climático. El IFC es quizá una de las instituciones aliadas al desarrollo de México que de manera más quirúrgica ha inyectado dinero para el avance del país desde el extranjero. Ejemplos de ello son sus inversiones por más de Dlls. $ 1 mil 500 millones en los puertos de Tuxpan, Manzanillo y Lázaro Cárdenas, así como su reciente inversión de Dlls. $ 200 millones en Citla, la empresa de energía que recientemente ganó tres bloques dentro de la Ronda 2.1. También tiene una participación de 26 por ciento en Altán Redes, la firma que ganó la red compartida. Probablemente la virtud más destacada del IFC es que, siendo una institución de carácter global, no mina su deseo por ver incluido al sector privado en proyectos de infraestructura y desarrollo. Con esa institución hemos visto con mayor notoriedad lo que los gobiernos estatales, por ejemplo, aún no aprenden a detonar: las inversiones público-privadas (a pesar de que tienen una ley vigente que los faculta a ello). motacarlos100@gmail.com Columna anterior: Chécate, mídete, muévete