El día de ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) liberaron un reporte que revela lo que ocurrirá con los precios y la demanda de alimentos en el mundo durante los siguientes diez años. Acaso la conclusión más relevante es que la producción de alimentos continúa elevadísima, mientras que la demanda ya no crece fuertemente, lo que ocasionará que los precios de los productos agrícolas y en general de los alimentos bajarán.
El reporte considera lo que ocurrió en 2016 para pronosticar lo que ocurrirá en la siguiente década. En 2016, los precios de productos como los cereales, lácteos y carnes continuaron bajando. El documento cita la fenomenal demanda que provino de China durante la última década —lo que impulsó el consumo masivo de forraje—, pero apunta que esa tendencia ya no permanecerá en el futuro.
Es un hecho que los sistemas de producción de alimentos se han sofisticado y continuarán haciéndolo. Las capacidades de países como México, tanto de producción, como de comercialización, se siguen potenciando. Por ejemplo, la propia Sagarpa dijo este domingo que durante el primer trimestre del año explosionó la exportación de productos agroalimentarios de México hacia los Emiratos Árabes Unidos, con un crecimiento de 289 por ciento y la autorización de ese país para que 29 empresas mexicanas exporten productos con sello Halal. Países como Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudita están empezando a recibir productos mexicanos como garbanzo y carne de res.
La OCDE y la FAO señalan que “para 2016, se proyecta que la disponibilidad de calorías alcance en promedio 2,450 kcal por día en los países menos adelantados, y supere 3,000 kcal por día en otros países en desarrollo”. ¿Qué significa esto? Que el mundo entero seguirá teniendo una capacidad de sobra para alimentar a toda la gente que lo habita. Sin embargo, persisten los problemas: “la inseguridad alimentaria seguirá siendo una preocupación mundial decisiva y la coexistencia de la malnutrición en todas sus formas plantea nuevos desafíos en muchos países”.
En materia de inseguridad alimentaria, la Sagarpa de Pepe Calzada dice que hay tres retos para que México resuelva el problema: (1) transformar al sector rural; (2) potenciar el desarrollo territorial —también rural—; y (3) modificar la agricultura familiar para la inclusión socioeconómica y la innovación. Y en materia de malnutrición, ya sabemos lo intenso que está siendo el gobierno con su “chécate, mídete, muévete”.
El reporte de la OCDE apunta que las perspectivas de consumo de carne son “limitadas” y que, en contraposición, “se espera que las calorías y proteínas adicionales provengan principalmente del aceite vegetal, el azúcar y los productos lácteos”. Sí.
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