Trascendente aniversario tendrá lugar este 15 de julio para la historia del país: se cumplen 150 años del triunfo de la República sobre el imperio de Maximiliano, lo que dio lugar a la etapa de la República Restaurada, encabezada por Benito Juárez, padre del presidencialismo mexicano.
Este episodio marcó la derrota del proyecto para hacer de México una monarquía, que impulsaban conservadores convencidos de que las decisiones del país deberían recaer sobre una persona y su linaje, en este caso el austriaco Maximiliano de Habsurgo, respaldado por el ejército francés.
De hecho, es considerado por historiadores como una segunda independencia de México, toda vez que ganó el sistema político republicano y laico que impera hasta nuestros días.
NI LAICO NI DEMÓCRATA
Más actual y aleccionador no podría ser este aniversario, pues ahora nuevamente el país se debate entre proyectos contrapuestos, uno de ellos, el de Andrés Manuel López Obrador, con marcados elementos monárquicos.
Por ejemplo, el dueño de Morena manda al diablo a las instituciones democráticas, incluido al INE. Él es partidario de las asambleas a mano alzada para respaldar sus decisiones.
Igual que en las monarquías, AMLO se cree dueño de la verdad absoluta y sataniza a los que piensan diferente, lo que aplica incluso a familiares como a su hermano Arturo, a quien vilipendió en 2016 por apoyar al candidato del PAN-PRD al gobierno de Veracruz, Miguel Ángel Yunes.
La impartición de justicia para AMLO también muestra características monárquicas, pues él indulta, exonera y redime a personajes de trayectoras cuestionables y oscuras. El más reciente de éstos fue Lino Korrodi, quien trianguló de manera ilegal 91 millones de pesos en el año 2000 para el entonces candidato presidencial panista, Vicente Fox.
Otro ejemplo de la vena monárquica de nuestro mesías tropical es su intolerancia a la crítica: a los periodistas que lo critican los tacha de “prensa inmunda” y en mayo pasado insultó al periodista de Radio Fórmula, Pepe Cárdenas, durante una entrevista que no era a modo, como a él le gustan.
Otro elemento es su discurso religioso-mesiánico, como aquel de “construir, aquí, en la Tierra, el reino de la justicia y de la fraternidad”, que enarboló en la reciente campaña del Estado de México. Rasgo también fundamental en las monarquías para hacer ver al rey como el representante directo de Dios.
Sí, López Obrador repite que es juarista, pero sus acciones lo muestran más como aquellos a los que derrotó el Presidente Juárez el 15 de julio de 1867.
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EN EL VISOR: Vaga y contradictoria respuesta dio la empreas Roku, luego de que el 12 Tribunal en materia civil de la CDMX suspendió, por piratería, la comercialización de este dispositivo, ante un recurso legal interpuesto por Cablevisión. Alega no ser la causa, ni la fuente de la piratería, pero acepta que su plataforma es usada para ello. Sostiene que la suspensión “no detendrá esta actividad ilícita, la cual se propaga por dispositivos conectados a la red”. O sea, quiere seguirse beneficiando de ésta.
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