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El enojo de Gamboa

La elección en Coahuila podría ser anulada. Esa idea comienzan a perfilar, por distintas razones, priistas y panistas.

OPINIÓN

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Rara vez habíamos visto a Emilio Gamboa tan molesto como ayer. Irritado, en tono tajante, el rostro enrojecido, el coordinador de los priistas en el Senado sostenía: “¡Con marchas no nos van a hacer perder una elección!” Gamboa enarbolaba ante los periodistas la defensa de los priistas en la elección de Coahuila. A su lado, la diputada Carolina Viggiano (esposa del gobernador coahuilense, Rubén Moreira) chicoteaba a su vez a los miles de opositores que salieron a las calles de su estado en defensa del voto a favor del panista Guillermo Anaya. “Son un grupo de perdedores que se han reunido… --soltaba con desdén la priista- ¡Los une el odio! ¡No los une el amor por Coahuila…!” En derredor –y en el ambiente- flotaba la versión de una negociación con el PAN bajo la mesa. -Que si el PRI entregaría Coahuila a los panistas a cambio de su apoyo en el Estado de México para cerrarle el paso a Morena; -Que si pondrían sobre la mesa los temas fiscales y la ley de Seguridad Interior, frente a la elección coahuilense. “Hay muchos fierros en la lumbre y Coahuila puede ser el que los enfríe”, apuntaban entre las propias filas del tricolor. Pero Emilio Gamboa, por el momento –y mucho menos tan pronto, y ante los medios- negaba tal posibilidad. Alzó aún más el tono de voz y en tono perentorio sostuvo: “¡No negociamos Coahuila con nadie!” -0- Coahuila pinta para la anulación.- Más allá de las posturas mediáticas, en los conciliábulos priistas hacían cálculos –además de los matemáticos- sobre la conveniencia, o no, de continuar con el conflicto electoral en Coahuila. Uno de los puntos que más les preocupaba –más allá del significado ya de por sí importante de entregarle al PAN la gubernatura- tenía que ver con el Frente Opositor que se había conformado (no se veía algo así desde la década de los 80’s) y con Morena. Hacían ver –contra lo que esperaban- que el partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador había alcanzado un 12% de la votación, cuando en los últimos 25 años ni siquiera pintaba la izquierda en el norte. Dejar correr el conflicto post electoral en Coahuila, argüían, mantendría a Morena en los medios y le daría presencia en el norte para el 2018. Preferible, desde su perspectiva, anular la elección. -0- Los panistas quieren otra elección. -Fue el propio Guillermo Anaya, candidato del PAN a la gubernatura de Coahuila, quien desde su tierra anunció al atardecer que solicitará anular la elección. Los nuevos comicios deberán realizarse bajo el resguardo del Instituto Nacional Electoral porque, dijo, las instituciones de Gobierno “son una fachada de una hueca legalidad”. -0- Gemas: Obsequio del coordinador del PAN en el Senado, Fernando Herrera: "Para nadie es una duda que las elecciones en Coahuila y en el Estado de México fueron un auténtico cochinero y que hay que limpiarlo". marthamercedesa@gmail.com Columna anterior: En busca de culpables