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Fábula de La Maestrita y El Dinosaurio

OPINIÓN

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En la parte más álgida de la contienda en el Estado de México, de la campaña de Alfredo Del Mazo surgió uno de esos rayos de creatividad priísta –región siete–, y a Delfina Gómez la llamaron La Maestrita, contrastándola con El Licenciado Del Mazo. Al margen de los resultados de la elección –y aprovechando el ingenio priista– ¿Qué luces arroja la Fábula de La Maestrita y El Dinosaurio? Me lo pregunté la madrugada de este lunes, cuando Del Mazo había rebasado a Delfina Gómez en el cómputo institucional, en una elección que podría competir en compra de votos con el mercado de piernas del futbol mexicano. La primera imagen que se me viene a la cabeza es una caricatura de Gómez, diminuta y voluntariosa, preparándose para enfrentar a un T Rex con la cara de Alfredo del Mazo: nunca, never, jamais, un candidato había logrado acorralar al poderoso y corrupto Grupo Atlacomulco, como lo hizo La maestrita, el domingo 4. Con 97 por ciento de los votos contados, Del Mazo tenía 33.70 por ciento, por 30.81 de Delfina Gómez. Es posible que los tres puntos no aporten una idea completa de lo que fue esta contienda encarnizada y su contexto: Del Mazo recibió arriba de un millón de votos menos que Eruviel Ávila, quien ganó con 40 por ciento de los votos, siete arriba de Del Mazo. Gómez, una maestra de primaria, y Morena, un partido puberto, mordieron una parte suculenta de ese pastel de ex priístas y ciudadanos inconformes y sumaron 1 millón 786 mil votos, cerca del doble que Alejandro Encinas en 2011. Es probable que en Los Pinos y en el PRI haya un ambiente de fiesta porque lograron un objetivo crucial: retener el Estado de México, pero ¿cuál es la sensación en otras capas del priismo? ¿Qué están diciendo los priistas sobre los números de esta guerra? Una primera pista apareció la madrugada del lunes, en el ambiente crispado de Toluca. En uno de los hoteles donde los candidatos montaron sus cuartos de guerra, hubo una conversación posterior al momento en el que finalmente Del Mazo superó a Delfina Gómez. Palabras más o menos, una de ellas, una diputada, decía que era importante ganar el Estado de México, pero preguntaba si nadie se daba cuenta del mensaje de los ciudadanos, implícito en el número de ciudadanos que rechazaron al PRI en las urnas: 7 de cada 10. “El mensaje es ese: ya no nos quieren en los gobiernos”, dijo. La diputada tiene razón: solo este domingo el PRI perdió 1 millón de votos en contraste con los que obtuvo el gobernador Ávila, una tendencia que se mira hace tiempo: En 2000 Labastida recibió 13.5 millones de votos y seis años después, Madrazo unos 8.5 millones, más de seis millones menos en esos dos momentos. De esa proporción es el mazazo que La Maestrita, una señora que podría ser la tía de muchos de nosotros, le propinó en su cueva a un Dinosaurio acorazado con todo el oro del reino. Toda una hazaña.   06