Enrique Solana Sentíes, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, se hará "de la vista gorda" ante la negativa de la Secretaría de Economía de concederle una prórroga más para llevar a cabo una Asamblea. Es más, hasta que no haya una instancia que lo pueda obligar a llevar a cabo el proceso, nada pasará. Nos cuentan desde las entrañas de la Concanaco que su dirigente será inflexible ante las presiones de Juan Carlos Pérez Góngora. Está decidido a encarar y responder los ataques que ha recibido.
El que fuera presidente de la Canaco Monterrey y hoy es vicepresidente de la Canaco-Servytur sueña con ocupar el puesto de Solana desde el pasado 31 de marzo, cosa que no ha sucedido, a pesar de todos sus intentos, que incluyen denuncias y conferencias de prensa en contra del organismo con 100 años de historia, cuya misión es representar, defender y promover a más de 700 mil empresas agrupadas en más de 200 Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo.
Por los pasillos de la Concanaco se repite que Solana considera que son un organismo autónomo y que no le deben hacer caso a la dependencia de Ildefonso Guajardo, un personaje con mucho peso entre los empresarios regios, por cierto. Solana reitera que se mantendrá al frente hasta que haya elecciones.
Pero el vicepresidente de la cúpula exige que ya le entregue el poder, apoyado por empresarios de Guadalajara y Monterrey, principalmente.
El regio que también fue diputado federal del PRI acusa que no lo dejaron registrarse como segundo candidato a la presidencia. Por eso impugna la candidatura única de Ricardo Navarro, tesorero de la cúpula y a quien acusa de ser el elegido de Solana.
El proceso se ha frenado, como es claro hasta el momento. Mientras que Solana insiste en que nada lo doblará, ni la Secretaría de Economía, así de claro.
Sin embargo, el artículo 21 de la Ley de Cámara Empresariales y sus Confederaciones establece que la Asamblea General deberá celebrarse al menos una vez en sesión ordinaria durante los tres primeros meses de cada año.
Por lo tanto, nos cuentan desde adentro, la Asamblea General sí debió celebrarse.
La Secretaría de Economía no tiene atribuciones para ordenar lo contrario y la única limitante que fija la sentencia interlocutoria que concede a Juan Carlos Pérez Góngora la suspensión definitiva (de fecha 22 de marzo del 2017) es la relativa a que no se elija presidente la Concanaco, pero sí debió celebrase respecto del resto de temas de los que anualmente debe conocer la Asamblea General.
En estricto sentido, al posponer la asamblea, Enrique Solana Sentíes está faltando al derecho de todos los empresarios integrantes de las cámaras afiliadas a la Concanaco, quienes hasta el día de hoy no pueden saber nada sobre temas como recursos, definiciones de cargos y estados financieros de la confederación a la que pertenecen. El pleito seguirá, es el mensaje.
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