El domingo 4 de junio tuvimos elecciones en 6 estados, tres de ellos con gubernaturas en juego (Nayarit, Estado de México y Coahuila) y de ahí, dos que han concentrado atención nacional (lo mismo ocurrió con las campañas) por sus debates post electorales que incluyen señalamientos de fraude, de alteración de resultados apegados a la voluntad popular. El caso de Coahuila tuvo un PREP que enfrentó un déficit de captura en casi 30% de actas; es decir, inicialmente no contabilizó cifras en esa proporción de casillas porque se encontraban actas con inconsistencias. Las actas que tienen alguna omisión no se suben al PREP, se agrupan como inconsistentes y entonces es en el cómputo donde se clarifica que efectivamente el resultado coincida con las boletas.
Muchas de las inconsistencias, en el caso de Coahuila, estuvieron relacionadas (o estarían, pongo esta condicionante porque sin duda el TEPJF deberá clarificar cualquier visión distinta sobre esta situación) con el llenado que en cada casilla está a cargo de ciudadanos no especialistas en temas electorales.
En ese estado hay 15 partidos que tienen registro (uno no postuló candidatura a gobernador), hubo además dos candidaturas independientes a gobernador y los dos candidatos con más votos fueron en coaliciones que aglutinaron a 4 y 7 partidos, respectivamente.
Para ilustrar el llenado de actas pongo un ejemplo: en el distrito electoral 13 de Saltillo, un mismo candidato tenía 22 votos de personas que solo tacharon uno de los cuatro emblemas de partidos coaligados en torno a él, el mismo candidato ganó otros 62 votos de quienes tacharon los cuatro emblemas de esos partidos coaligados en su favor, 14 de tres emblemas, 13 de otros tres diferentes (de la misma coalición), 7 de otros tres, 32 de dos; 11, 16 y 3 más con otra combinación de dos emblemas. Si alguna de estas combinaciones presentaba errores de llenado, no se tomaría para el PREP por inconsistente.
Además hoy tenemos certeza de que el conteo rápido oficial proyectó ventaja que no correspondía a las boletas, que dio un rango de ventaja a un candidato, mientras la suma de actas y votos favorecieron a otro. Esto alimentó desconfianza y requiere una explicación que no deje lugar a zonas de duda, aunque no significa que haya alteración en las actas, no es concluyente la falla del conteo rápido para asegurar que fueron modificadas actas como se ha dicho, y esto no es acto de fe.
El Edomex a su vez es la entidad con más votantes, donde siempre se perfiló una competencia cerrada. Ahí candidatos se declararon ganadores antes de que terminara el conteo y se han hecho señalamientos sobre las cifras, aunque en ese caso hubo un PREP casi completo, un conteo rápido sin las contradicciones de Coahuila y actas digitalizadas.
En las elecciones 2017 se instalaron 34 mil 94 casillas y el 99.9% tuvo acreditados a representantes de partidos. Nadie pudo rellenar urnas masivamente o manipular resultados, porque hay mecanismos para que los propios representantes de partidos y candidaturas en la competencia detecten ahí mismo esa o cualquier otra irregularidad en el conteo de votos.