¿No que estaban 'planchados”?

Así como Luis Videgaray engañó a la población mexicana con sus falsas expectativas de crecimiento económico y de prosperidad con las reformas estructurales cuando fue secretario de Hacienda, como titular de Relaciones Exteriores hizo creer el lunes pasado a los cancilleres asistentes a la Asamblea General de la OEA,  que había “planchado” a los representantes de 23 países para que aprobaran una declaración que solicitaba al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reconsiderar la Asamblea Nacional Constituyente. Dos horas antes de la votación, Videgaray les aseguraba a los representantes diplomáticos de Estados Unidos, Canadá, Argentina, Guatemala, Panamá, Perú, entre otros, que tenían el triunfo en la bolsa, con el cual obviamente se iba a convertir en el salvador de los venezolanos. ¡Qué Simón Bolívar, ni qué ocho cuartos; aquí llegó su “charro”! Pero al puro estilo de la selección mexicana de futbol, en el último minuto le horadaron la portería a Luis y perdió. Nunca se imaginó que cinco países lo iban a “mandar por un tubo”, y ocho se iban a abstener. Dicen los enterados que a tres de las naciones que ya estaban “amarradas”, el presidente Maduro les ofreció, al puro estilo del PRI, algunas dádivas; nada de computadoras, tinacos de agua, computadoras, becas…, sino gasolina barata, casi regalada mientras él siga en el poder. Y como varios de esos países están medio “jodidos”, pues aceptaron. A pesar de la humillante derrota, Videgaray quiso venderla como triunfo; declaró que 20 naciones le dijeron a Maduro que no sea gacho, reconsidera la convocatoria a una Asamblea Constituyente, lo cual según nuestro secretario tiene un gran valor. Y casi con lágrimas en los ojos, balbuceó: ¿Qué podemos decirle a quienes están en las calles, a las familias venezolanas que han perdido hijos, hermanos en las manifestaciones? ¿Qué podemos decirles a los enfermos que no encuentran medicamentos, a los diabéticos que no encuentran insulina, a aquellos que están buscando comida en la basura? ¿Qué le estamos diciendo desde aquí, desde Cancún, desde la OEA? Pues lo mismo que les dijiste durante cuatro años a millones de personas que en México no tienen ni para comer; o a los que son víctimas de la violencia, de la inseguridad, de la escasez de medicamentos, de la violación de sus derechos humanos… o sea: Aguántense.  Lo preocupante para los observadores políticos objetivos e imparciales, es que el secretario de Relaciones Exteriores esté utilizando como “carne de cañón electoral” a los venezolanos, que efectivamente atraviesan por una grave crisis económica, política y social. Más aún, que varios cancilleres latinoamericanos a quienes convenció de que votaran por la comentada convocatoria, le sigan el juego. ¡Y qué esperaban!  Que se quedara cruzado de brazos y dejara pasar esta oportunidad de oro. Podría responder la seño “Claus”.   Columna anterior: "Dedazo" sigue siendo efectivo