En unos días inicia en la región mesoamericana la próxima sesión de la 47ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Tendrá lugar del lunes 19 al miércoles 21 de junio en Cancún, Quintana Roo.
El lema de la reunión está dedicado al fortalecimiento del diálogo en la concertación para la prosperidad. Será la primera vez en que México sea el país anfitrión del período ordinario de sesiones de esa Asamblea General.
Se calendarizó que a lo largo de la reunión que se realice un plenario para el debate general en el que los países expresaran sus posiciones de la agenda y lo que es de su especial interés, que se desarrollará al mismo tiempo que los paneles de cuatro temas específicos para el debate sustantivo entre las delegaciones de los países miembros.
Los temas de los paneles sustantivos son el desarrollo integral y prosperidad en el hemisferio, oportunidades y desafíos para el liderazgo de las mujeres en las Américas, estado de derecho, derechos humanos y democracia, y seguridad multidimensional. Antes y durante el proceso entre gobiernos, habrá encuentros paralelos en los que participarán observadores permanentes y otros actores acreditados para participar.
Países como Colombia y Honduras concurren con avances en las colaboraciones con la OEA en novedosos componentes institucionales de cooperación internacional. El primero, con los avances de un histórico proceso de paz que se encuentra en marcha, cuyos logros son palpables y reconocidos.
Por su parte, Honduras contribuye con los informes en los adelantos logrados con la incorporación de nuevos mecanismos en el quehacer interamericano, con el apoyo de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH-OEA) que propone la tolerancia cero ante ese grave problema.
Entre los temas más difíciles de la reunión en México se encuentran las desigualdades, las violencias y el enfoque que se otorgará en los próximos meses a los retos democráticos reflejados en los conceptos incluidos en los títulos del debate de alto nivel.
Son de particular interés los reemplazos de miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como de las otras autoridades de órganos, organismos y entidades de la Organización.
Del proceso anual que en esta ocasión toca tierra en Cancún, se espera la articulación de la cooperación que resulte de un diálogo político reforzado, necesario y permanente. La búsqueda de soluciones ante problemas de la situación actual podría resultar de las reuniones de los cancilleres.
Es decir, que a pesar de las diversas opciones que se presenten a la mesa multilateral, los liderazgos regionales sean capaces de producir alternativas que permitan una nueva prospectiva para las Américas para los próximos años.