Hoy termina -oficialmente- una de las contiendas electorales más reñida y desagradable de la que se tenga registro. Aunque los periodos de campaña se han acortado, los candidatos y sus partidos utilizan los 60 días de promoción más para denostar al adversario que para dar a conocer lo mejor de sí mismos. Antes de la jornada del domingo, es momento de apuntar que:
- Pasan y pasan los años y siguen las denuncias de entregas de dádivas, sean despensas, materiales de construcción o tarjetas de débito. Se llega a la recta final con una excesiva cantidad de acusaciones ante el INE, los institutos locales, la Fepade, las procuradurías estatales. Y como cada año los expedientes se acumulan, poco se resuelve y crece la desconfianza en las instituciones electorales.
- Los 4 candidatos con mayores preferencias en el Estado de México coinciden en que la seguridad es el problema más grave que les heredará Eruviel Avila. Quien sea que gane, y a pesar del ruido que se genere, tendrá que ser su prioridad darle tranquilidad a los mexiquenses.
- También coinciden que le darán continuidad a los programas de educación. Algo bueno se hizo ahí y debe continuar.
- En Coahuila luchan por la gubernatura las mismas fuerzas que se han enfrentado en los últimos 12 años. Es el único estado de la franja fronteriza donde no ha habido alternancia.
- Si no fuera por los dichos del tal ‘Layín’ y unos cuantos chismes familiares, las campañas en Nayarit hubieran pasado de noche. Muchos de los actores de esta elección quedarán mal parados.
- Los partidos se aferran a vivir en la prehistoria de los debates. En ninguno de los encuentros organizados por los institutos electorales hubo alguna innovación en el formato. Ojalá en el INE hayan tomado nota y no sean rehenes a la hora de planear los del próximo año.
- Se prolonga la crisis que viven la casas encuestadoras. Las empresas demoscópicas serias optaron de nuevo por la prudencia a la hora de difundir ejercicios en Estado de México, Coahuila y ni qué decir de Nayarit, donde casi no se conoció ni una medición. Mal presagio para el 2018.
- Varios medios no volvieron a pasar la prueba del rigor a la hora de dar por buenas denuncias que no habían sido comprobadas. Cayeron en el juego de los partidos que ofrecen expedientes con noticias “bomba” que resultan ser palomitas infladas.
- Por varios de estos factores, 2017 es otro año en el que se vislumbra la judicialización de cuando menos una de las elecciones estatales.
- Confirmamos que seguimos viviendo una pobreza en competencia política.
CONTRASEÑA: Jamás se pensó en declinar por Juan Zepeda, dicen los allegados a Josefina Vázquez Mota sorprendidos por la velocidad con la que se esparció el rumor el fin de semana. Apuestan al 20 por ciento de indecisos que marcan las encuestas y piden que no descartemos una sorpresa en los resultados del domingo. Veremos.