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Relevos y sospechas en el PRD

OPINIÓN

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De joven, Juan usó el cabello largo como Mick Jagger, se aprendió de memoria las canciones de los Rolling Stones y Guns N´ Roses y, sin cumplir la mayoría de edad, se fue indocumentado a Estados Unidos, donde trabajó como mesero, jardinero y repartidor de pizzas. Después de 12 años regresó a México para estudiar derecho en la UNAM, administración pública en la UVM y dos maestrías, para después incursionar en la política como defensor de vendedores ambulantes, y construir un capital político que lo llevó a convertirse en alcalde de Neza. Sus cercanos lo describen como empeñoso y hasta obsesivo. Y si no lo creen, nos dicen, vean las encuestas: su campaña por la gubernatura la inició con 5% de las preferencias hasta alcanzar, dos meses después, un 18%. Tal como lo escribió Raymundo Sánchez, en el Periscopio del 4 de mayo: “Aun perdiendo la elección, como posiblemente ocurrirá, Zepeda ya garantizó continuidad política, toda vez que ya colocó a su partido con mejores números de los que tenía en esa entidad”. En ADN, la corriente política a la que pertenece, encabezada por su impulsor Héctor Bautista, se frotan las manos para pasar la factura, pase lo que pase y con Zepeda a la cabeza van por la presidencia del PRD. Este proyecto cobró fuerza después del primer debate entre los candidatos al Edomex, moderado por Carlos Loret de Mola, el 7 de abril en Televisa. Lo saben en el sol azteca y cada vez crece más el rumor de que Alejandra Barrales dejará la dirigencia en agosto, especie que se regó después de la conferencia que ofreció el sábado pasado con el panista Ricardo Anaya. Eso generó molestia y aceleró los planes de ADN. Sin embargo, nos comentan que Zepeda y su corriente no están tan limpios como parece. LA SOSPECHA Detrás de la nominación del amante del rock existe una estela de sospechas sobre una alianza oculta con el gobierno del Edomex. Nadie ha documentado las especulaciones, pero un caso que podría abonar es el de la unidad Deportiva de Ciudad Jardín. Se trata de un espacio que estuvo en litigio por ocho años y fue devuelto al municipio de Neza casualmente tres días después del arranque de la campaña del perredista. Empezó a operar de manera austera en 1991, pero fue hasta 2009 cuando se acondicionó. Se inauguró formalmente junto con el complejo comercial más grande del municipio quedando su administración en manos de un patronato conformado por empresarios y el gobierno del Edomex. Cuatro años después, ya como alcalde, Zepeda inició una batalla por la recuperación del sitio. No había poder humano que le ayudara hasta que llegó el proceso electoral de este año y tres días después del banderazo de salida de las campañas se lo devolvieron a la administración perredista de Neza, pasando por encima de intereses empresariales involucrados. *** Y como dice el filósofoNomeacuerdo: “En la política nada es producto de la casualidad”.   Columna anterior: Gobernadores, ocurrencias y realidad