"A ver cómo le haces… pero necesito ¡cinco Pueblos Mágicos este año!”. El secretario de Turismo cargaba un gran archivo bajo el brazo, pero le hacía transpirar más la pesada recomendación de su gobernador, y el hecho de que le gritara delante de los invitados. “Callada, tímida e inocente tenía la mirada” con la que evitaba demostrar rencor a la máxima autoridad de su estado... Lo mejor es que fue fácil cumplirle el capricho a su jefe, pues en los tres últimos años del Calderonismo, se otorgaron ¡51 nuevos nombramientos!
El programa Pueblos Mágicos es uno de los más exitosos de Sectur, eficaz para dar resultados. Cada año genera una derrama económica de seis mil millones de pesos y reciben en conjunto a más de cuatro millones de visitantes entre los 111 pueblos que actualmente ostentan el honroso título. Da empleo a 5.5 millones de mexicanos abocados directa e indirectamente a la actividad turística. Ha impresionado a propios y extraños, tanto que ya están exportando este programa a países de Centroamérica.
El problema no es la marca Pueblos Mágicos, sino los “vivales” que se aprovechan de ella. Rondan los “coyotes”, con falsas promesas, juegan a incorporar localidades al programa. Son ex empleados de la misma Secretaría, familiares de éstos y ¡hasta ex futbolistas! Con facturas cobradas entre los 350 mil y ¡los tres millones de pesos! Al final, si no resultaba, le echaban la culpa “al de arriba”. No faltó la autoridad que registró el distintivo a su nombre. Qué tal los que firmaban convenios admitiendo dar dos pesos contra uno que cede la Secretaría de Turismo, pero ahora que se aplicaron varios análisis, resultó que “daban pesos de a cincuenta centavos”.
Después de la tempestad viene la calma. En la secretaría que conduce Enrique de la Madrid, se han tomado provisiones para que las malas actuaciones no se repitan. Trabajan para dotar de un marco legal al título Pueblos Mágicos. Este año, por cada peso que da Sectur, los estados en promedio han facilitado 1.35, mejorando considerablemente la participación estatal. Para evitar manejos irregulares, en caso de no presentar documentación que acredite avance de la obra, se cancela el proyecto. Se están invirtiendo 115.61 millones de pesos, los cuales detonaron con la participación de los estados y municipios 296.49 millones de pesos. En los últimos cuatro años se han invertido 2 mil 500 millones de pesos en el programa, la cifra equivale al 50% respecto a lo que se ha aplicado a Pueblos Mágicos desde que fue creado en 2001. Viene lo más complejo: ¿seguirán presionando gobernadores y secretarios de Turismo por obtener un título de Pueblo Mágico sin deshacerse de alguno de los suyos que se dicen “mágicos” solo por desaparecer la ilusión del que los visita?
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