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Senador Miguel Ángel Chico: La ética en los partidos

OPINIÓN

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Los partidos políticos son la organización básica de la vida democrática. No son, ni deben ser, la única manera de participar, pero si el lugar donde se aglutinen ideas, y valores, que conformen una agenda pública. Son por tanto una parte fundamental de la vida política de este y cualquier país. Por eso es importante analizar a qué responde, y cómo lo hace, la ética en los partidos políticos. Porque es muy diferente hablar del político que del partido, como un ente heterogéneo, en el que conviven muchas personas con distintos antecedentes, y que, aunque se presuma tengan cualidades en común también pueden ser diametralmente diferentes. Si bien el partido tiene una dirigencia, esta como sus miembros, son solo personas que buscan impulsar las plataformas para lograr mejores gobiernos. La ética en los partidos responde entonces, en parte, a las acciones que estos toman con respecto a sus afiliados. Es decir, a como buscan en un principio prevenir, y educar en torno al combate a la corrupción, y al buscar las mejores prácticas al interior. Y solo cuando esto falla, a castigar y combatir las malas prácticas. Los partidos deben ser un referente de acción de los ciudadanos. Sin embargo, esto se ha perdido, se ha venido desprestigiando la reputación que tienen. Estas agrupaciones han pasado a convertirse en los villanos, la población los repudia y con razón. Los resultados que se han entregado han sido paupérrimos. Se han postulado candidatos corruptos en lugar de perseguirlos. Se ha sucumbido al dinero. Se ha perdido la brújula del actuar ético y fundado en la vocación de servir que debe regir la vida pública. Sin embargo algo bueno ha surgido de esto. Una sociedad civil robustecida, que pone énfasis en la transparencia y el buen gobierno. Y es que aunque muchos políticos vean a la sociedad civil organizada como su enemigo, no hay nada más alejado. La realidad es que solo con el apoyo de quienes nos vigilan, de los electores, puede redimirse el partido. Todos los partidos le han fallado a la sociedad, y ahora la misma sociedad debe empujarlos a mejorar. Este es el momento en que los compromisos deben cumplirse. La coyuntura obliga a los partidos a crear mejores mecanismos para evitar que corruptos lleguen a las boletas electorales. El desencanto que existe con el sistema de partidos se funda en esto. La expulsión, la depuración de los padrones debe ser una prioridad de quienes nos comprometemos a luchar contra la corrupción. La investigación hasta sus últimas consecuencias es la única bandera con la que los partidos pueden volverse a ganar la confianza del ciudadano. ARTICULISTA INVITADO Miguel Ángel Chico Senador