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La secretaria no entiende nada

Una podría ser casualidad, dos coincidencia, pero más de tres ya son patrón de comportamiento. Tanya Müller lleva una racha perfecta en desatinos

OPINIÓN

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La secretaria de Medio Ambiente de la CDMX, Tanya Müller, es un lastre para el gobierno de Miguel Ángel Mancera. Cuando no genera una crisis, está construyendo un problema o exhibiendo su desconexión con la realidad. Una podría ser casualidad, dos coincidencia, pero más de tres ya son patrón de comportamiento. Lleva racha perfecta en desatinos. No dispara ni en defensa propia. El viernes pasado, en el cuarto día de la crisis ambiental por contingencia que atraviesa la CDMX, nos regaló otra perla. A través de su twitter, colocó una imagen donde se observaba un cielo claro y despejado de la capital. “Gracias a las políticas ambientales que se llevan a cabo, la CDMX ha dejado de ubicarse como una de las urbes más contaminadas del país”, escribió junto a su fantasiosa fotografía. Lo posteado, además de torpe, fue ofensivo. Peor timing, imposible. El humor involuntario de la secretaria encendió las redes sociales. La crítica alcanzó, de nuevo, a su jefe. ¿Cuál era la necesidad de Müller de tuitear semejante ilusión, mientras millones se quejan de la contingencia? La secretaria, coinciden en el gabinete capitalino, sabe de políticas ambientales y es una técnica ajena a grillas. Es probable, pero qué bien lo oculta. Equivoca en cuanto proyecto toma. Comunica mal y ejecuta peor. Tiene manos de estómago. Deshace lo que toca. Su mala planeación y operación está en algunos de los temas que más costo han tenido para el gobierno de la CDMX. La mala comunicación del Hoy no Circula, la crisis por los verificentros el año pasado –responsabilidad del gobierno federal que asumió como propia-, el desaseo en la operación de la polémica rueda de la Fortuna, la torpeza de talar a media noche árboles para la obra del deprimido en Mixcoac, y hasta la muerte del gorila Bantú –único gorila macho que vivía en México- en el Zoológico de Chapultepec, son su responsabilidad, en mayor o menor grado. Encontrarle razones y argumentos a su actuar, es perder el tiempo. Tras una semana de smog y enojo por parte de los ciudadanos, la grandiosa idea fue echarle limón a la herida y presumir una postal de ensueño, muy lejana a la que los irritados ojos de los capitalinos observaban. La contingencia no es toda su culpa pero, como en otras ocasiones, sus desatinos golpearon al Jefe de Gobierno y desviaron la atención de los responsables de las ocurrencias disfrazadas de política pública que padecemos millones: la Semarnat, y su brazo disfuncional, la Comisión Ambiental de la Megalópolis. Deben estar agradecidos por el gesto de Müller. La secretaria vive en otra realidad. Por decoro, tendría que renunciar. Pero como trae extraviado el sentido común, tendrían que removerla. -Off the record El fin de semana remató: están peor en China. Ah, ok. Y empezó a repartir parejo: Monterrey, Toluca, Salamanca, León, Irapuato y Silao están más contaminadas, dijo… Y no, no es la peor crisis por contingencia: entre 1990 y 2006, cualquier año tuvo peores niveles de concentración de ozono que este, pero con ella tomando la batuta es imposible para el gobierno de la CDMX comunicarlo. Columna anterior: Van por Borge