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La novela de Del Mazo

Ante un grupo de mexiquenses, de lo más fresco y sonriente, Alfredo Del Mazo negó a su primo, el presidente Peña, y se deslindó de su partido

OPINIÓN

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La política mexicana es una gran kermés donde se elevan promesas y se acompañan de obsequios en forma de lavadoras, dinero y hasta tinacos en municipios sin agua, pero no recuerdo un lance semejante al de Alfredo del Mazo para ganar electores: ante un grupo de mexiquenses, de lo más fresco y sonriente, negó a su primo, el presidente Peña, y se deslindó de su partido. “Decías que no te gusta mi primo (el presidente Peña) ¿qué dijiste de eso?”, Del Mazo se fingió molesto y enseguida rió y palmeó a uno de los muchachos en la conversación que había seguido desde una cámara en un cuarto contiguo. “Soy pariente en octavo grado. Sí tengo relación porque he trabajado con él muchos años, pero el parentesco es como los González y González: puedes tener un pariente al que ni siquiera conoces”. El lunes pasado Del Mazo inició la semana con una entrevista en la que dijo que el PRI era un gran respaldo en su campaña, y días después pidió votar por personas y no por partidos en el video que la campaña priísta promocionó en medios y en Facebook. El video lo presenta como un político cercano a la gente e intenta contrarrestar en lo posible el lastre de la marca PRI, que a estas alturas debe ser como cargar un elefante en una carreola. En la conversación, Del Mazo reconoce que en las redes sociales encuentra algunos comentarios buenos, una lista pequeña de preguntas “y una lista de este tamaño –separó los brazos como para abrazar a un pariente muy querido– con puras mentadas de madre. Sabemos lo que opinan ahí y en todos lados”. En política el momento en el que suceden las cosas –el esencial “timing”– es determinante para alcanzar resultados y por eso me llama la atención que a unos días de que termine la campaña, el mensaje de Del Mazo sea sacudirse de encima estos dos fardos que le deben pesar más que al Pípila la cantera que le ayudó a quemar la Alhóndiga de Granaditas. Conforme la campaña se extingue y Delfina Gómez crece en las encuestas de la mano de López Obrador –la última del equipo de la candidata de Morena la situaba siete puntos arriba de Del Mazo–, el nerviosismo en el PRI y en Los Pinos ha ido en aumento, y con él algunas decisiones que parecen desesperadas. Como este video, nombrado por el PRI “Del Mazo escucha sus verdades”, que parece todo, menos espontáneo y genuino. Las críticas de los muchachos al candidato priísta son bastante flojas, y ninguna roza ni con una triste frase la corrupción y la impunidad, los dos jinetes del Apocalipsis priísta. “Mala como puede ser la política ficción, siempre hay un político preparado para parecer artístico por comparación”, dijo ese gran escritor y polemista que fue Christopher Hitchens. La producción “Del Mazo escucha sus verdades” es, en puro sentido Hitchensiano, el último guión de la novela de Del Mazo en campaña. Columna anterior: Cochinita y chile guajillo