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Correr, una matemática perfecta para lograr la salud

OPINIÓN

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Rodillas maltrechas, fracturas, prótesis de hueso... Bueno, hasta hay quien supo de “alguien” que murió de un infarto “por andar corriendo”. No hago caso, pero al final siempre me siembran la duda: ¿De verdad es peligroso correr? Alrededor del running hay mitos y leyendas urbanas, pero correr trae beneficios.

La Secretaría de Salud afirma que en lo físico, correr “ayuda a perder peso, mejora la función muscular y cardiovascular, aumenta el oxígeno, quema grasa corporal y regenera el cartílago. En lo emocional, correr hace sentir bien a las personas, produce endorfinas que mejoran el estado de ánimo y fomenta la socialización.

Para empezar a correr de forma segura, es importante hacerse primero una valoración médica. No es sólo ponerse un par de tenis, armarse de valor y salir. La mayoría creemos tener buena salud y no tomamos en cuenta lo importante que es adquirir una cultura de la prevención. Lo primero que debemos hacer, y que casi nunca hacemos, es consultar a nuestro médico o a un especialista en medicina del deporte. Ellos deberán evaluar el tren inferior del cuerpo: rodillas, caderas, tobillos y pie; además del tren superior: hombros, cuello y espalda. Si el médico lo cree necesario, te pedirá una prueba de esfuerzo y consultar de forma alterna a un ortopedista.

Yaeli Huarte, cardióloga del Hospital Médica Sur, dice que la valoración médica a un deportista debe centrarse en su sistema cardiovascular. En México, el 19% de mujeres y hombres de 30 a 69 años fallecen por enfermedades del corazón. La doctora Huarte me aplicó una prueba de esfuerzo. Nunca me había hecho una y tenía dudas. La especialista me aclaró que no se trata de una prueba de resistencia, sino que sirve para valorar el riesgo de infarto, pues detecta arritmias es un asunto clave y el estudio ayuda a verificar cómo responde la presión arterial y la frecuencia cardiaca a la demanda de esfuerzo del organismo. Como complemento, me sugirió realizarme un ecocardiograma y prueba de función pulmonar.

El precio de una prueba de esfuerzo va de 600 a dos mil 500 pesos. La UNAM y el Instituto Nacional de Rehabilitación cuentan con áreas de Medicina del Deporte donde la realizan por 700, mientras que en hospitales como Médica Sur o Ángeles alcanza los dos mil 500.

Así que si has decidido empezar a correr y un especialista ya te diagnosticó como una persona sana, sólo queda comenzar. No se trata de entrenar como keniano ni agotarte en tus primeras semanas. Basta trotar dos o tres veces por semana unos 20 minutos para comenzar. Pero una vez que empiezas, si eres constante, poco a poco sentirás tu cuerpo más ligero, correr ya no será agotador y empezarás a disfrutar de esta antigua y milenaria práctica de los seres humanos: Correr por la vida.