Pánico y Fútbol

Según estudios realizados por la Universidad de Iowa, la diferencia entre miedo y pánico es que el primero es una sensación que se origina dentro del cuerpo por una parte del cerebro llamada la amígdala, que sirve como mecanismo de alerta. El segundo, en cambio, no se produce ahí, sino de forma exterior. El miedo es guiado por el instinto de supervivencia, por eso es necesario sentirlo. Cuando cualquier animal se enfrenta a un peligro, la amígdala se dispara y le fuerza a reaccionar para protegerse. El pánico responde a la sensación de terror, y acoge de manera colectiva, según la Real Academia de la Lengua Española. Cada club de la Liga Bancomer MX debe ocuparse del pánico generado en los estadios de sus diferentes plazas en todo el país. No lo aceptarán públicamente, pero en sus estados financieros tendrán que sumar daños materiales y perjuicios ocasionados por esta causa. También, todas las pérdidas relacionadas con los incidentes las multas y sanciones no económicas, pero que ocasionaron repercusiones en sus arcas, como los vetos y suspensiones. El destino nos alcanzó, a tal grado de que hay que presupuestar lo que degenera el pánico por la violencia, cada vez más fuera de control, e invertir en soluciones, como protocolos de prevención de crisis, credencialización de barristas, etcétera. Los daños van más allá de lo económico cuando se trata de la pérdida de la confianza. Lo más valioso de una marca es su reputación. No sólo en el deporte, pasa en cualquier ámbito. La delincuencia nos acosa al grado de asumir un injusto toque de que- da. Es preferible no asistir a un espectáculo en vivo, antes que arriesgar a la familia. Y entonces ahí fracasamos todos porque una característica del deporte es fomentar la convivencia. Un propósito fundamental de las empresas deportivas debe ser generar experiencias de consumo agradables para los fans. En este ecosistema, todas las partes deben hacer sinergia: Los héroes de la cancha deben predicar con el ejemplo del fair play; las entidades, atender a los usuarios como personas. El compromiso se extiende a los patrocinadores, para que contribuyan al acercamiento de servicios y productos de calidad; a las autoridades, para garantizar la seguridad y a los medios, para que informen con utilidad. Las marcas generan valor a través de experiencias. No hay peor experiencia que el peligro, sentirse desprotegido y a merced de la fatalidad. Llegó el momento de reparar lo que se descompuso desde hace mucho. También tú, estimado fan: ¿Cómo enfrentas este problema en casa? ¿Cómo lo explicas a tus hijos? ¿Qué papel asumes entre la masa? Urge que todos trabajemos para ello. Y, bueno, ¿tú qué piensas? Conversemos. Recuerda que todo puede sumar o restar y tú eliges la cuenta.