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Los que hundieron a Guerrero

OPINIÓN

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A un paso de la ingobernabilidad está, nuevamente, Guerrero, y el actual gobernador Héctor Astudillo sólo atina a culpar a los cárteles de La Familia Michoacana y Los Tequileros por la violencia en el estado que, dicho por el mismo palabras más, palabras menos, si fuera un país, sería el tercero más violento del mundo, sólo por debajo de Honduras y Nicaragua. De acuerdo con el índice Glac, que mide el nivel de seguridad con bienestar, durante el primer cuatrimestre de este año el estado se ubica en el último lugar de las entidades del país, con niveles que lo colocan, en el mejor de los casos, con “seguridad limitada” e “inestabilidad social”, y en el peor, con “inseguridad” e “inestabilidad social”, a sólo un paso de la “crisis institucional” y la “ingobernabilidad”. Sin restarle responsabilidad al mandatario, con Astudillo no se originó el problema. De hecho, con el ascenso del PRD al gobierno del estado, en abril de 2005, con Zeferino Torreblanca, el estado se descompuso y ya con Ángel Aguirre hasta la otrora joya turística de Acapulco se convirtió en el municipio más violento del país, según datos de la Comisión Nacional de Seguridad. Informes de inteligencia indican que al inicio de la gestión de Torreblanca dos grupos delictivos tenían presencia en la zona. Para 2014, en la administración de Ángel Aguirre, de los nueve grandes cárteles de la droga que operaban en México, cuatro se extendieron a Guerrero y seis grupos más secuestran, extorsionan, roban y delinquen a su gusto, de acuerdo con un informe del Senado de la República. Más aún, el Inegi registró en 2014 que Guerrero tuvo el índice de homicidios más alto del país, con 63 por cada 100 mil habitantes, es decir, el triple del promedio nacional (19 por cada 100 mil), superior al de Chihuahua (59) y Sinaloa (41). Pero Astudillo tampoco ha resuelto el problema, como lo prometió al inicio de su gestión. Y por lo que se ve, igual que Torreblanca y Aguirre, se perfila como un gobernante que será parte del propio problema. *** Rezagada quedó la panista Josefina Vázquez Mota, no sólo en las encuestas, sino en la propuesta política: en momentos en que se encuentra a punto de caer al cuarto sitio de las preferencias electorales rumbo al gobierno del Estado de México se le ocurrió firmar un pacto contra la interrupción legal del embarazo y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Postura que la acerca más a la Provida de Jorge Serrano Limón y la aleja del voto joven, que en la entidad representa 3 millones de los 11 millones del padrón electoral de la entidad. Parece empeño de no ganar. *** EN EL VISOR: luto en el periodismo, otra vez. Cobarde asesinato a Javier Valdez, corresponsal de La Jornada y fundador de Ríodoce. Todo a la luz del día y en el centro de Culiacán.