Un estado como Guerrero puede incendiar a México. Nadie parece darse cuenta y nadie ha mostrado interés en entrarle, atender y resolver de fondo el añejo problema. La pobreza extrema, la falta de oportunidades, y sin duda la falta de estado de derecho y colusión de una buena parte de la clase política, han provocado los funestos resultados que hoy vemos, y que están fuera de control.
Guerrero está convulsionado por la violencia desatada de la delincuencia organizada y de grupos civiles armados, penosamente apoyados por grupos de la sociedad y hasta posiblemente por políticos, que han sido públicamente señalados por mantener vínculos con estos.
El paisaje es Dantesco, cuerpos decapitados, incinerados, guerra civil entre policías comunitarias, enfrentamiento entre fuerzas públicas y pobladores, decenas de vehículos quemados y bloqueos carreteros, establecimientos comerciales incendiados lo mismo en zonas populares que en turísticas de alto nivel. Eso que hace una década se veía con asombro, hoy se ha convertido en paisaje cotidiano en varios puntos de tensión en el Estado.
En la Tierra Caliente donde hasta el domingo se liberaron bloqueos en diferentes puntos de los nueve municipios, y que mantuvieron a las líneas de autobuses de la región con corridas canceladas, asaltaron y golpearon a un grupo de periodistas, y nadie circuló sin un salvo conducto. Y todo por la confrontación entre bandas, la del Tequilero y la Familia Michoacana.
El pasado miércoles, integrantes de esta última apoyados por miembros de la policía ciudadana de San Miguel Totolapan, ingresaron a la comunidad de La Gavia para atacar a los tequileros. Ocho muertos, cinco de ellos de la Familia Michoacana, que de acuerdo con información oficial, fueron apilados e incinerado, lo que desencadenó bloqueos carreteros para acorralar a los tequileros, y posteriormente la reacción de las autoridades estatales y federales enviando a la zona policías estatales y miembros del ejército.
Al hablar de lo que hoy vive Tierra Caliente, vale la pena recordar que Catalino Duarte, ex Diputado Federal, ex Diputado local de la LIX legislatura y alcalde de Zirandaro, tiene un mes y cuatro dias desaparecido.
Guerrero está en llamas. La federación no está tomando las debidas precauciones y atenciones. La sociedad cada vez está más involucrada, por hartazgo, complicidad, o simplemente porque no les queda de otra.
Diacrítico: Pregunta ineludible, ¿por qué se ha llegado a estos niveles inéditos de violencia de la delincuencia organizada e impunidad de los grupos civiles armados en Guerrero? Pareciera estar rebasada la capacidad de las autoridades municipales, estatales y federales. Llámese desinterés, ineficiencia, ineficacia, minimización, diagnósticos y estrategias incompetentes o equivocadas, este ardiente paisaje pone en tela de juicio el desempeño de las autoridades. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde?... Guerrero, mi tierra querida, puede incendiar México.
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