El otro escenario que está cobrando fuerza entre los empresarios mexicanos de alto calibre —y con el que han empezado a trabajar de cara a la elección presidencial de 2018—, también tiene como preocupación central la fortaleza que muestra Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Se le ve imparable y peligroso. En este Escenario Dos se asume que, en caso de ser presidente, AMLO revertiría sus recientes comportamientos para congraciarse con los grupos de poder económico y revelaría quien realmente es, metiendo a la cárcel a empresarios y políticos del más alto nivel. Los empresarios quieren evitarlo.
Ante esa posibilidad, este escenario plantea que en Los Pinos se da por hecho que la elección del Estado de México será la última prueba para definir a quién se entregaría el poder en diciembre de 2018, y se estima que un triunfo de Morena es casi inevitable. Las primeras conclusiones apuntan a que el Presidente Enrique Peña Nieto establecería una alianza de facto con el Partido Acción Nacional (PAN) para entregarle a Margarita Zavala la presidencia, lo que conllevaría todo el apoyo del gobierno a su campaña y un estrecho vínculo con Felipe Calderón, quien serviría de puente.
Este escenario implica un proceso muy adverso para el PRI: la aceptación profunda y constante de miles de actos de corrupción durante el sexenio. Esto significaría que ese partido daría por perdida toda posibilidad de triunfo, y que su único salvamento estaría en destapar y exhibir cloacas de corrupción en cada estado, en cada municipio, en Pemex, y en toda dependencia. Sería una especie de autodestrucción, un castigo o acto de contrición donde habría varias bajas. Se estima que sería mejor mostrar la podredumbre de corrupción desde ahora. Así, se minimizarían los votos para el PRI, se maximizarían los del PAN; se evitaría que gane AMLO y se obtendría una especie de inmunidad para salvar la cárcel.
En este segundo escenario se facilitaría la candidatura de Miguel Ángel Osorio Chong por parte del PRI, pero se le dejaría solo. Asimismo, habría que lidiar con los egos de Ricardo Anaya y de Rafael Moreno Valle, a quienes no se debe descartar, sobre todo al segundo, que tendría más temple que el primero.
Este escenario incluye el hecho de que AMLO ha empezado a ganar muchos adeptos en el norte del país. Es algo inusual, pero ya se detectó. Asimismo, que Enrique Alfaro, el alcalde de Guadalajara, establecería un pacto con él, para que le dejen gobernar Jalisco con o sin el Movimiento Ciudadano.
Hay otros escenarios en adición a estos dos descritos aquí, para detener a AMLO. Dos con fuerza e ideas siguen incluyendo al respetadísimo José Antonio Meade, el Secretario de Hacienda, y revelan a Enrique de la Madrid, de Turismo, quien podría aparecer en el momento idóneo en el lugar adecuado.
Ya veremos.