Haz tu denuncia aquí

Héctor Gómez Barraza: El cinismo de la "honestidad valiente"

Cuando se le pide a López Obrador que dé ejemplos de la corrupción que existe, se envuelve en diatribas para salir del paso y cambia de tema

OPINIÓN

·
Fiel a su costumbre, Andrés Manuel López Obrador recurre a las descalificaciones y mentiras cuando se siente incómodo o acorralado por las preguntas que requieren ideas y planteamientos serios y congruentes. La entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva del lunes pasado refleja al personaje de pies a cabeza. Sin argumentos y sólo porque él lo dice, las cosas tienen que ser a su manera. No amenaza ni advierte, sólo castiga a quienes osan pensar de manera distinta a él. Refiere continuamente, como ya es clásico en un personaje sin ideas, a la “mafia del poder”. Pide que lo denuncien por los múltiples actos de corrupción de su gente cercana para poder presentar las pruebas con las que supuestamente cuenta, cuando lo que busca es victimizarse con el fin de posicionarse mediáticamente. Señala que existe un acuerdo secreto entre el PRD y el PAN con el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, sin aportar evidencia alguna. Su imaginación lo lleva a crear historias de ficción para justificar su supuesta “honestidad valiente”. En realidad, lo que busca es evadir la responsabilidad que conlleva el hecho de estar coludido en actos de corrupción. La prueba es tajante: los videos demuestran cómo Eva Cadena recibe dinero con el compromiso de hacérselo llegar, y no las suposiciones que hace, sin prueba de por medio, de cómo fue que le tendieron una trampa inexistente. Hay que reconocerle, sin duda, que es un personaje cínico y descarado. Se ufana de que es políticamente indestructible. Sin embargo, no ha comprobado de qué vive ni el origen lícito de sus ingresos. Su mezquindad le impide reconocer que en México hay avances, tanto en lo social como en lo económico, lo cual se sustenta en evidencias, no del gobierno, sino de instituciones reconocidas tanto a nivel nacional como internacional. Cuando se le pide a López Obrador que dé ejemplos de la corrupción que existe, se envuelve en diatribas para salir del paso y cambia de tema. En la conversación, dejó en claro que al interior de Morena no existen mecanismos para evitar la corrupción. “Nadie se puede abstraer de una atmósfera de corrupción,” fue su conclusión. Al pedirle su opinión sobre el movimiento opositor en Venezuela, no realizó crítica alguna al régimen de Nicolás Maduro. Evadió el tema haciendo referencia a Gandhi, Mandela y Luther King, y apenas logró articular una débil exigencia a favor de la liberación de los presos políticos. Lo anterior, en clara discordancia con la defensa que hacen los suyos del régimen post-chavista. Finalmente, al cuestionársele si en su partido había personas involucradas con la DGI cubana, manifestó que tales aseveraciones eran parte de la guerra sucia y que todo se reducía a propaganda en su contra. Por el solo hecho de haber planteado la pregunta, el martes 9 de mayo, su fiel escudero John Ackerman descalificó en Twitter la entrevista utilizando adjetivos despectivos contra Ciro Gómez Leyva. Cuando las cosas no les resultan como lo desean, recurren a la descalificación y al falso argumento del complot contra su mesías. En México tenemos instituciones que han sido pilar del desarrollo político, económico y social del país. No pueden desaparecer por decreto de un populista. Las instituciones existen para fortalecer la democracia, creando las condiciones necesarias para el bienestar de la población, algo que no alcanzan a visualizar quienes se refugian en la oscura caverna del populismo. Ante el escenario de la derrota de Morena, tendremos que recordarle lo dicho en la entrevista: “en democracia se gana y se pierde”. Por: Héctor Gómez Barraza, secretario de operación política del PRI