La inseguridad, la delincuencia y el crimen organizado han rebasado las acciones de gobierno en Ciudad de México, hasta el momento la autoridad carece de una política efectiva que garantice a la población tranquilidad, el riesgo es que la gente tome medidas y se encargue de aplicar justicia.
Vimos cómo poco a poco el crimen organizado generó un sistema de tributación en todo el país, que se fue extendiendo hasta llegar a la capital. Sabemos que hay cobro de piso y extorsiones a restauranteros, constructores, pequeños comercios, ambulantes, rutas de transporte.
Se creó un sistema ilegal, pero paralelo de recaudación, a cambio de garantizar el derecho al trabajo, mientras que el Estado no ha tenido la capacidad para enfrentarlo.
Ahora la población poco a poco, no tan rápido como los criminales, crea también su mecanismo paralelo al sistema de seguridad en la ciudad, para evitar que se interponga el largo proceso de justicia, que muchas veces es injusto. La gente no va contra las organizaciones criminales, sólo quien agrede su espacio vital.
Grandes mantas a la vista de todos hacen la advertencia a los delincuentes: “¡Rateros, ya basta de tantos robos! Vecinos unidos si te agarramos haremos justicia con nuestras propias manos”, el mensaje está en medio de dos fotos, la del lado izquierdo muestra a un sujeto a bordo de una motoneta, en el extremo derecho un cuerpo ensangrentado.
Este tipo de mensajes se encuentran en varias calles de Iztapalapa, pero no sólo en la delegación con mayor índice de pobreza de la capital se ven. En Coyoacán también están listos, los vecinos del bonito barrio de San Mateo lanzan la advertencia a los delincuentes, se reconocen organizados y listos para actuar, así se lee en sus mantas.
Seguramente éstas no son las únicas delegaciones donde la población se prepara para enfrentar la inseguridad; qué tal los casos de vengadores anónimos en el transporte público, éstos aún son eventos aislados, pero cada día se producen más. Los testigos agradecen la intervención guardando silencio.
Siempre será mejor contar con una población organizada, autogestiva, pero en medio de una crisis de inseguridad como la que se vive en la ciudad puede ser una situación de riesgo.
Lo peor que puede ocurrir en estos momentos es que la autoridad se movilice, pero contra la población que busca defenderse, mientras los delincuentes continúan su festín.
La última Encuesta Nacional de Seguridad presentada por el INEGl reporta cómo creció la percepción de inseguridad en Ciudad de México, mientras que el Observatorio Nacional Ciudadano reportó que 2016 es el peor de los últimos 20 años porque se incrementaron los homicidios, robos a casa habitación, negocios, transeúntes.
Los habitantes de la ciudad todos los días vemos narcotienditas, delincuentes a bordo de motonetas, halcones que vigilan las calles, rutas de transporte peligrosas y queremos que el gobierno también lo haga, que no mire a otro lado, para que el culpable no sea Fuenteovejuna.
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