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La Consar despierta al Kraken

Hay quienes identifican a la Consar y su presidente como los responsables de una regulación excesiva que está dañando la libre competencia en el sector

OPINIÓN

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Sigue sacando chispas al interior de la industria de las administradoras de fondos para el retiro (Afores) el episodio por el que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) multó a cuatro afores que ejercieron prácticas monopólicas absolutas. Al interior del gremio se sabe que se despertó al ‘Kraken’ porque ya se exhibieron las fallas estructurales del sector. Ingenuamente algunos pensaron que con la sanción terminaba todo. Pero no es así: hay quienes estiman que este es solo el inicio e identifican a la Consar y a Carlos Ramírez, su presidente, como los responsables de una regulación excesiva que está dañando la libre competencia en el sector. Al centro del debate está el traspaso de los trabajadores entre afores. ¿Qué es eso? La libertad de cualquier mexicano inscrito en el sistema para mudarse libremente de empresa. Años atrás inició un vigoroso número de trabajadores que migró de afores hacia las que daban mayor rendimiento. El año pasado más de un millón y medio de personas cambiaron de afore, y la estimación para este año estaría arriba del millón 400 mil. No obstante, hubo abusos de parte de algunas, que robaban trabajadores a otras afores sin obtener su consentimiento. Esto orilló a la Consar a validar la voluntad del trabajador antes de autorizar la migración. Lo hizo bien, pero en el camino estableció más de 15 requisitos —incluyendo huellas digitales del promotor y del trabajador— que poco a poco fueron inhibiendo las prácticas indebidas, y que, a decir de algunos, han llegado a un sinsentido de exageración. En el extremo, se dice que Carlos Ramírez, presidente del organismo, facilitó la colusión de las afores al permitirles hacer acuerdos que establecían requisitos para los traspasos, argumentando transparencia de información, pero creando barreras a la migración: los trabajadores están atrapados. Ya no hay competencia. Está creciendo la furia en el gremio. Se piensa que las afores sancionadas por la Cofece —Profuturo GNP, Principal, Sura y Banorte, apodadas también ‘el cártel de las afores’—se fueron a su casa con una bofetada, a pesar de haber hecho algo gravísimo: dañaron el patrimonio del trabajador por haberse coludido (y nadie está pagando las consecuencias). Asimismo, se habla ya de una red de tráfico de influencias para protegerlas desde el ámbito regulatorio. Más grave. Ya se detectó además una nueva propuesta regulatoria de la Consar para que, pretextando transparencia para inhibir traspasos indebidos, los trabajadores más jóvenes también enfrenten más requisitos si quieren cambiar de afore. Esto sería una piedra más en el fondo del océano. Una piedra donde el Kraken de las afores inconformes se apoyará para emerger a la superficie y hacer valer los principios de libre competencia en un mercado que hoy está capturado. motacarlos100@gmail.com Columna anterior: Arana triplica resultados en dos años