El Frente en el filo

Ninguna alianza opositora ha sido fácil de concretar. Vaya, incluso en aquellos países donde el enemigo a vencer es el régimen, como en Venezuela, las uniones se deshacen. En México, desde la época del partido de estado, el sueño de los demócratas era unir a la oposición para derrotar a la ‘dictadura perfecta’. Nunca se logró. La esperanza reavivó cuando Ricardo Anaya y Alejandra Barrales anunciaron en mayo la intención de formar una coalición que enfrentara al PRI en 2018. Desde entonces, el escepticismo ha rondado la consumación de la unión. En 7 meses, los aliancistas no han podido llegar a un acuerdo para seleccionar al candidato a la presidencia y el tiempo se les agota. En un anuncio de esos que le gusta hacer, Dante Delgado propuso ayer repartir las candidaturas del frente: la presidencial para el PAN, la jefatura de gobierno capitalina para el PRD y, para no dejarlo fuera, Mancera al Senado. Dio además un ultimátum de 72 horas para destrabar las negociaciones y que se firme el convenio de coalición entre los 3 partidos que la integran. La noticia no cayó nada bien entre los amarillos, que un día antes habían propuesto (finalmente, en unidad) a Miguel Ángel Mancera como su gallo para presidente. El jefe de gobierno declaró que él no va a dinamitar la alianza y toda la semana pasada se dedicó a mandar mensajes en sus conferencias de prensa a Ricardo Anaya, con quien anunció que se reunirá próximamente. Del lado del PAN, no quieren ceder. Consideran que al ser un partido “mayoritario”, la candidatura presidencial les corresponde. Los gobernadores que apoyan a Anaya así se lo han hecho saber. Ante estos planteamientos, el dirigente nacional panista ha optado por el silencio, aunque en los hecho actúa como precandidato, al ser el único vocero del partido en hechos trascendentes en los días recientes como el “destape” de Meade o la propuesta de amnistía de AMLO. El PRD y Movimiento Ciudadano han hecho ya sus jugadas, falta conocer el movimiento del PAN, que inevitablemente pasa por la definición pública de Ricardo Anaya como aspirante. A estas alturas, parece no quedarle otra opción, toda vez que provocó la salida de Margarita Zavala y el descontento de Rafael Moreno Valle ¿quién más podría asumir ese papel? Son horas decisivas. Los integrantes del Frente están por darle el gusto a quienes apostaron que nunca se iba a cristalizar. O quizá den la gran sorpresa.   CONTRASEÑA: No fructificaron las negociaciones entre las corrientes de “Los Chuchos” y ADN, por lo que las posibilidades para que Juan Zepeda se convirtiera el próximo sábado en dirigente nacional del PRD se extinguieron. Por eso ahora buscará ser senador por el Estado de México. La renovación de la dirigencia tiene como aduana la integración del Frente, por lo que, quienes empujan esa coalición, han propuesto a Guadalupe Acosta Naranjo para ocupar el lugar que dejará Alejandra Barrales.