Estados Unidos, ante una crisis política complicada

En el acalorado clima actual de la política y la lucha ideológica estadounidense, el pasado sábado 4 de noviembre había sido señalado como el momento de inicio de una nueva guerra civil. Según la derecha estadounidense, el disparador sería el intento de grupos autodefinidos como antifascistas para crear un movimiento nacional por la remoción del presidente Donald Trump. Pero las esperanzas de grupos que incluyeron a comunistas históricos fueron tan exageradas como las expectativas de grupos  de derecha que esperaban a su vez enfrentar el nacimiento de una rebelión "antiestadounidense" tal como ellos lo entienden. El llamado nacional a manifestaciones "antifascistas" fue tan desangelado como la respuesta de los partidarios de Trump. Pero la retórica que rodea el debate y la polarización ideológica agudizada por el mandatario estadounidense ya llevó a organizaciones como la revista Foreign Policy a analizar las formas que podría asumir una guerra civil y a periodistas como Carl Bernstein, afamado por el casoWatergate, a denunciar que su país vive "una guerra civil fría". Ciertamente EU atraviesa un periodo complicado, uno que varios autores identifican como crisis del sistema político. "Cada lado cree sinceramente que está defendiendo los valores básicos de la democracia constitucional estadounidense, mientras que el otro lado está tratando de socavarlos", señaló el politólogo Charles Lipson. "No hemos visto nada parecido desde la década de 1970 cuando este país enfrentó los crisoles gemelos de Vietnam y el escándalo Watergate", agregó. Lo cierto en todo caso es que la actual situación ha sido comparada con la división que atravesó el país durante la guerra de Vietnam y que al igual que aquella ha creado campos aparentemente  irreconciliables. Pero también es comparada con la igualmente polarizada época de transición política y socioeconómica que vivió Estados Unidos durante la llamada "era dorada", al final del siglo XIX y principios del XX. Hoy el debate está centrado en Trump, sus mensajes y su carácter egocéntrico, que en cierta forma encubren las acciones emprendidas por sectores derechistas para cambiar el rumbo del país y que no pocos estadounidenses, incluso muchos dentro del gobierno, piensan que ponen en peligro a la nación. Pero en palabras de Lipson, "la crisis actual es severa porque cada bando está presentando acusaciones muy serias, cada una tiene alguna evidencia sugestiva (pero no concluyente), y cada una es completamente sincera: el sentimiento político más raro". "Si ambas partes confiaran en los procedimientos estándar del gobierno para investigar y enjuiciar crímenes, estas disputas podrían resolverse de la forma habitual. Por desgracia, nadie lo hace". Eso es parte de la crisis y un factor que complica más la situación estadounidense.   Columna anterior: Crisis en los partidos estadounidenses