A instancias de la Fundación UNAM se realizó una premier de la coproducción cinematográfica mexicano española La carga, a cuyo valor artístico hay que agregarle la motivación que produce hacia una reflexión en el plano humanista.
El film del director Alan Jonsson Gavica cuenta la historia ficticia de una aristócrata ibérica que desde la Nueva España del siglo XVI, tiene que acudir al Consejo de Indias, al otro lado del Atlántico, a testificar a favor de un personaje que existió realmente, Francisco Tenamaztle, señor indígena caxcan, que en el año de 1541 inició una revuelta contra los abusos de los encomenderos españoles de la Nueva Galicia (hoy Jalisco), perpetrados en contra de los pueblos y comunidades originarios de aquella región y por la cual sería juzgado.
La trama narra la tortuosa travesía de Elisa, la protagonista, hacia Veracruz, bajo el asedio de algunos españoles que quieren impedir su viaje. La acompaña un varón indígena, el tameme Painalli, encargado de guiarla, protegerla y literalmente cargarla durante buena parte del trayecto.
La historia, de signo heroico, se relaciona con la actualidad de la sociedad mexicana y su componente multicultural, a partir del encuentro y mutuo reconocimiento de dos personajes que representan a mundos distintos, que en principio colisionaron, para que al paso de casi cinco siglos se entremezclaran, cincelando el perfil mestizo de la nación mexicana.
Tales personajes, con todas sus diferencias culturales y sociales, con toda su carga simbólica, nos aproximan a uno de los elementos más complejos en toda convivencia social: el reconocimiento del otro, como un ser diferente, pero en esencia igual en el plano de lo humano. Si bien es en la definición del otro, donde ocurren la mayoría de desencuentros en las sociedades de hace cinco siglos y en las de ahora, es también en ese hecho esencial del reconocimiento de la otredad, donde desde la esfera ética toman sentido las nociones de dignidad, igualdad y libertad, las cuales configuran el eje fundamental en todas las proclamas a favor de los derechos humanos.
Hoy que las agendas públicas internacionales y locales incluyen temas de urgente atención como la discriminación, los muros fronterizos y la desigualdad, es posible advertir en dichos fenómenos esa falta de consideración a la igualdad del otro, como ser diferente, pero no distinto en su esencia como ser humano, y por tanto con las mismas aspiraciones y posibilidades de contar con una vida digna.
Siempre es necesario avanzar en el valor de la multiculturalidad y la diferencia, para que los retos de la inclusión y la igualdad de los grupos que integran nuestra sociedad puedan resolverse gradualmente.
En los principios humanistas que se aluden, podrán sustentarse de manera más sólida y duradera legislaciones, políticas públicas y acciones afirmativas que consoliden el ejercicio igualitario de los derechos humanos consagrados constitucionalmente y en el plano internacional, incluidos, por supuesto, los de los pueblos originarios de nuestro país, raíz de nuestra identidad cultural.
De aquí el valor de la película La carga, que nos impulsa a repensar estos temas.
*Autor en temas de derechos humanos.