FUGA DE CEREBROS

Personas en situación de calle: Entre el olvido y los prejuicios

En el pasado encuentro latinoamericano sobre Personas en Situación de Calle en Chile se enfatizó la importancia del protagonismo de las propias personas sin hogar en el diseño e implementación de soluciones.

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ENLACALLE, un encuentro para la readaptaciónCréditos: AFP

En su fantástico libro "La edad de la empatía", el primatólogo Franz de Waal narra cómo Herbet Spencer, pensador inglés del siglo XIX, acuñó la frase “supervivencia del más apto” (erróneamente atribuida a Darwin) y la puso al servicio del privilegio y la desigualdad social.

Spencer repudiaba los esfuerzos por generar condiciones de igualdad, pues sería contraproducente para los más aptos verse obligados a servir a los débiles. Pensaba que ello iba en contra del esfuerzo de la naturaleza por deshacerse de los vulnerables y dar espacio a los mejores. El mundo de los negocios escuchó con atención y vio en la competencia una ley de la naturaleza.

De Waal muestra con evidencia cómo, en realidad, nuestros cuerpos y mentes están hechos para la vida en sociedad, para la cooperación y la solidaridad. Nos deprimimos irremediablemente a falta de comunidad y lazos afectivos. La biología ha producido un aglutinante social al que llamamos empatía.

Muestra de ello son las innumerables iniciativas sociales que existen para tender una mano a quienes han sufrido desventajas o se encuentran en condición de vulnerabilidad.

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ENLACALLE: Un encuentro para la readaptación social

Hace un mes se reunieron organizaciones de nueve países latinoamericanos en Santiago de Chile para compartir experiencias, miradas y metodologías para la atención de personas sin hogar, quienes sufren la mayor exclusión en nuestras sociedades.

Se trató del Segundo Encuentro Latinoamericano de Sociedad Civil y Personas en Situación de Calle (ENLACALLE), pues muchos de los proyectos participantes son administrados parcial o totalmente por personas que viven o han vivido en la calle. Ejemplos de ello son Proyecto 7 y Centro Barrial Tinkú, de Buenos Aires, y el colectivo Ni Todo Está Perdido, de Montevideo.

Un diálogo fructífero permitió alcanzar conclusiones como las siguientes:

Los proyectos deben apuntar hacia la transformación social, pero también hacia la transformación personal de quienes participan en ellos, es decir, los miembros de ONG’s deben dejarse tocar día a día por la experiencia que les comparten quienes padecen la exclusión social.

El acompañamiento que se brinde no puede prescindir de la escucha atenta y libre de prejuicios. Uno debe estar siempre abierto a ajustar sus perspectivas y estrategias en respuesta a las observaciones y recomendaciones de aquellos a quienes ayuda.

Otra conclusión importante es que, dado que el fenómeno de la vida en calle atiende a múltiples causas y engloba a un grupo diverso de personas, la atención de un solo aspecto relacionado a la problemática no dará solución.

Es urgente diseñar respuestas integrales, o bien buscar y fortalecer la coordinación entre distintas iniciativas para procurar brindar apoyo simultáneo en materia de trabajo, salud física y mental, acompañamiento psicológico, derecho a la identidad legal, opciones de vivienda y alimentación, entre otras posibilidades.

La atención no sólo debe ser integral sino lo más personalizada posible, siempre enriquecida por un trato afectuoso. En cuanto al consumo problemático de sustancias psicoactivas, hubo coincidencia en que no se debe imponer la abstinencia como objetivo, sino encarar dimensiones que subyacen el consumo, tales como recuerdos traumáticos, conflictos familiares, precariedad de las condiciones de vida, depresión y desesperanza. Para ello hay que considerar mecanismos de reducción de daño.

Por otro lado, se ha observado que el arte y la cultura cumplen un papel fundamental en procesos de reconstrucción de la autoestima, y en la búsqueda de motivación y ánimo para mejorar las propias condiciones de vida. La música, la pintura, la danza y la literatura han demostrado ser poderosas herramientas de apoyo.

Mucho más se discutió sobre asuntos tan variados como la prevención de la desintegración de familias que habitan la calle, la inadecuación de los censos callejeros realizados por los gobiernos, el empoderamiento por medio de herramientas tecnológicas, la calle como espacio para brindar servicios estatales, y la importancia de una muerte digna para todes. Puede obtenerse más información en el sitio de los coordinadores del Encuentro, gentedelacalle.cl.
 

Por: María Cristina Pérez Venegas. Licenciada en Derecho y Maestra en Teoría Política. @cristinaperezve