El Infonavit tiene identificadas más de 650 mil casas abandonadas en todo el país, de las cuales, 120 mil pertenecen al Estado de México, es decir, alrededor de una quinta parte, ubicadas principalmente en los siete municipios mexiquenses que rodean al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, donde el gobierno federal busca recuperar viviendas en desuso.
Como parte del Programa de Regeneración de Vivienda Abandonada, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y el Infonavit, tienen como meta rescatar 100 mil casas en todo el país durante este sexenio, de estas, 15 mil pertenecen al Edomex, precisó Rubén Linares Carrillo, director general de Comunicación Social de Sedatu.
Dijo que con el nuevo aeropuerto se estima que llegarán a esta región alrededor de un millón de nuevos habitantes, por lo que se busca reinsertar las unidades habitacionales que están abandonadas.
Los municipios del Edomex aledaños al Felipe Ángeles donde están las casas vacías son: Zumpango, Tecámac, Jaltenco, Tultitlán, Tultepec, Nextlalpan y Tonanitla.
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En Tizayuca, Hidalgo, se repite el fenómeno. Considerando que cada vivienda podría ser ocupada por cuatro personas en promedio, se contaría con un parque para casi 500 mil habitantes en la región. A través del Programa Territorial Operativo (PTO) para la zona de
Santa Lucía, se busca un crecimiento urbano ordenado; para ello, se solicitó a los gobiernos municipales no autorizar permisos para nuevos desarrollos habitacionales, no otorgar cambios en usos de suelo y actualizar sus planes de desarrollo.
“Esto es a fin de que las casas abandonadas puedan ser recuperadas como parte de un proyecto integral en el que además se construirá infraestructura urbana, como escuelas, parques y deportivos, para lo cual, el gobierno federal invertirá mil 200 millones pesos en la región”, explicó Rubén Linares.
Sólo en Zumpango y Tecámac suman entre 60 y 70 mil viviendas identificadas como vacías. En marzo, ambos municipios firmaron el convenio con Sedatu e Infonavit para regenerar el espacio público donde están ubicadas.
Por Leticia Ríos
MAAZ