Catalogada como una de las mujeres mexicanas más poderosas, María Salguero utilizó su pasión por la ciencia, para crear el Mapa Nacional de Feminicidios, una iniciativa a través de la cual, no sólo contabilizó, sino que puso rostro y nombre a miles de víctimas.
Cada cruz es una marca, la señal de que justo en ese sitio una mujer fue hallada muerta con al menos una de las siete causales de feminicidio. María, hija de una comerciante del Centro Histórico de la Ciudad de México, se dio a la tarea de indagar en los medios de comunicación sobre el crimen, y así dar forma, a una de las mediciones de violencia en contra de ellas más importantes a nivel mundial.
“Leo la prensa, la local y nacional; de ahí voy sacando los casos”, dijo Salguero, quien considera importante nombrarlas y conocer su historia: “ver más humanas a las víctimas”, agregó.
Antes de este mapa, hizo uno sobre desaparecidos, pero no tuvo relevancia. Sin embargo, lo importante para ella era que “si le servía a alguien”, ahí se iba a quedar, debido al nulo interés de las autoridades.
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Las historias le impactan, le duelen. Ha pensado en dejarlo atrás, pero “nadie lo está haciendo”, así que toma un respiro y continúa.
María Salguero, es geofísica por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y a través de los números, ha recorrido el país –desde Tijuana a Mérida– colocando una cruz por cada muerte, un trabajo que nadie le pidió ni le pagó por hacerlo, pero que el mundo ya conoció.
“No me podía quedar cruzada de brazos ante la barbarie”.
María Salguero. Activista
Por Paola Sánchez Castro
avh