La noche del jueves 4 de febrero, Enrique Antonio Azúcar Hernández, cónsul general de El Salvador en Tapachula, falleció en su domicilio tras haber dado positivo a covid19.
El funcionario había contraído el virus en días anteriores y, aparentemente, había presentado una recuperación significativa. Sin embargo, sufrió complicaciones respiratorias que le ocasionaron la muerte.
La ministra salvadoreña de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill Tinoco, dio el pésame a través de su cuenta de Twitter y reconoció que Azúcar Hernández fue un gran defensor de los derechos humanos:
“Su legado de incansable trabajo por la defensa de los derechos de nuestros compatriotas queda como un reflejo del compromiso que siempre lo caracterizó”.
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Del 2011 al 2013, Enrique Antonio fungió como cónsul general de El Salvador en Veracruz. Desde el 2015 desempeñaba la misma función para Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Fue activista en favor de la defensa de los derechos humanos de migrantes.
La Agencia de la ONU para los Refugiados en México (Acnur) también compartió el pésame mediante su cuenta de Twitter, expresando sus condolencias para la familia Azúcar Hernández.
Enrique Azúcar, del 2009 al 2011, trabajó en la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, bajo el cargo de Responsable del Área de Migración y fue miembro fundador de la Red para las Migraciones El Salvador, misma Junta Directiva de la que era presidente.
Durante su experiencia profesional se encuentran cargos en centros educativos públicos, como profesor de estudios sociales, educación física, matemáticas, educación moral, contabilidad, psicología, informática educativa, entre otros.
También apoyó a las 500 personas salvadoreñas que llegaron al país como parte de las caravanas migrantes hacia Estados Unidos, gestionó los procesos de solicitud de refugio en México y apoyó a que 290 personas pudieran regresar a su país de origen.
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