Se trata de la famosa casa ubicada en el número 903 de Francisco Juárez, en Celaya, Guanajuato. Desde hace décadas se encuentra deshabitada pues no ha habido nadie capaz de resistir más tiempo.
De acuerdo con lo que dicta la leyenda, la hija más pequeña de los primeros propietarios de la casa fue brutalmente asesinada.
Su asesinato quedó impune y el responsable de la desgracia se esfumó sin dejar huella por lo que nunca se supo exactamente qué fue lo que pasó.
La familia quedó desconsolada y al no poder superar el trauma de lo ocurrido a su hijita, decidieron mudarse a un lugar que no les trajera amargos recuerdos.
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Intentaron vender la casa durante bastante tiempo pero por alguna razón, nunca lo lograban. Los posibles compradores no quedaban satisfechos y se sentían incómodos en la construcción, por lo que nunca se concretó una venta.
Debido a eso, la familia decidió rentar el inmueble. Pronto, un hombre decidió rentar la casa durante algunos meses por lo que se instaló.
Sin embargo, al término del primer mes, se comunicó con los dueños y les dijo que les devolvería las llaves de la casa.
Cuando el dueño llegó, el hombre ya se encontraba en la puerta con maletas en mano y claramente inquieto por poder retirarse del lugar. Les dijo que no podía seguir viviendo allí porque le resultaba completamente insoportable y estaba a punto de marcharse cuando el dueño le preguntó la razón del exabrupto.
El hombre respondió con temor en la mirada:
“Una niña me habla, sale por las puertas, me azotó las ventanas cada noche y me decía que me largara de aquí”, relató en sujeto.
De acuerdo con el hombre, las demostraciones de la niña fueron subiendo de tono por lo que decidió mudarse de manera urgente.
Esto pasó con cada persona y familia que intentó rentarla. A los pocos meses la casa quedaba deshabitada de nueva cuenta sin explicación alguna.
Negocios como tiendas de abarrotes y café internet se intentaron poner dentro de esta casa pero fue inútil, la vibra y los constantes espantos hacían que la gente saliera huyendo de ahí.
El inmueble fue bendecido hace un par de años y posteriormente fue ocupada por el Partido del Trabajo para su Comité Municipal, sin embargo, tampoco los políticos duraron mucho en ese lugar.
Hasta la fecha, la casa sigue deshabitada y el asesinato de la niña, sigue sin resolverse.
Sin embargo, se rumora que aquel que logre pasar una noche en la casa, podrá ser el dueño.
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