La operación del nuevo diseño del espacio aéreo en el Valle de México, desde marzo pasado, ha demostrado ser de riesgo para la navegación de los aviones e ineficiente, lo cual, genera peligros para la población, altos costos para las aerolíneas y para los pasajeros; por lo que se debe regresar al anterior diseño, María Larriva y Jaime del Río, expertos en seguridad aérea y operacional.
Luego de que representantes de 150 colonias del Valle de México que conforman el colectivo “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido”, manifestaron su preocupación por los riesgos que implican las nuevas rutas, los expertos realizaron estudios.
María Larriva Sahd, primera mujer controlador de Tránsito Aéreo en México con 27 años de experiencia, explicó que con las nuevas rutas se enfrentan tres grandes problemas: la orografía, que siempre produce turbulencias y condiciones de vuelo difíciles para las aeronaves; la elevación y las condiciones meteorológicas que se enfrentan todo el año, que en conjunto limitan soluciones aeroportuarias, que puede haber en otros países.
Los expertos señalaron que Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) realizó el actual diseño sin observar los lineamientos de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) que recomiendan evitar la generación de rutas cerca de zonas con orografía, pues se impuso una nueva ruta cerca de la zona serrana del poniente del Valle de México, que implica menos espacio para poder acomodar los aviones a la hora de encaminarlos hacia la zona de aterrizaje, guardando la distancia de 5 millas.
Destacaron que para el nuevo diseño no se consultó a ninguna de las organizaciones de aviación que deben de ser incluidas en el estudio, como los Colegios de Pilotos Aviadores, de Controladores y de Ingenieros en Aeronáutica, entre otras organizaciones; además de que tampoco se realizó un estudio de impacto ambiental.
Larriva Sahd explicó que el nuevo diseño aéreo es inseguro porque están aproximando en exceso las aeronaves a la orografía, lo que es innecesario e incómodo para volar, pues no hay espacio para cualquier tipo de desviación.
Destacó que también es inflexible porque quienes diseñaron este sistema quieren obligar a los controladores del tráfico aéreo, a que todo el tiempo respeten las llegadas como están publicadas. Y si hay un problema de separación, no tienen la facultad de pedirle a la aeronave que se mueva de la llegada.
También dijo que es ineficiente, porque a pesar de que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México está operando máximo al 70 por ciento de su capacidad, hay demoras y patrones de espera; y que la autoridad está permitiendo que las aeronaves no cumplan con sus horarios, porque no pueden tener un control ordenado.
La experta señaló que no se han generado los ahorros de combustible, descensos continuos, reducción de demoras, reducción de cargas de trabajo de pilotos y controladores, la mayor capacidad del sistema de aeropuertos, entre otros beneficios prometidos con el nuevo diseño, en una época en la que el número de vuelos se redujo a de mil 400 a 900 al día.
En tanto, Jaime del Río, capitán piloto aviador, que trabajo 14 en diferentes empresas de aviación, explicó que en el aspecto de seguridad se están rompiendo las reglas del diseño porque se incumplen las distancias, está volando totalmente fuera del área de seguridad, cerca de los volcanes y de los obstáculos en el poniente del Valle de México.
Destacó que si una aerolínea vuela más de lo necesario, implica más tiempo en las jornadas de trabajo, en el de uso de motores y del planeador; lo que se traduce en un aumento en los costos del boleto.
Dijo que rutas cercanas a la irregularidad de la orografía por cerros y cañadas, genera mayor turbulencia en las aeronaves, incomodidad y riesgo para los pasajeros; además de peligro para los habitantes de las zonas por donde pasan y ruido exagerado, propiciado por el eco incrementado por las barrancas.
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