En un oficio enviado al Senado de la República el 16 de diciembre, López Obrador afirmó que es indispensable que el IFT siga operando con “la más alta probidad, capacidad de respuesta y profesionalismo que lo ha caracterizado en estos años”.
Ello contrasta con las declaraciones que emitió posteriormente en una de sus conferencias mañaneras, pues el presidente arremetió contra el organismo asegurando que sus comisionados están vinculados a las empresas privadas y a las compañías extranjeras, y dijo que prepara una iniciativa para que la SCT absorba al IFT.
Al respecto, Ramiro Camacho Castillo, comisionado del Instituto, aseguró durante una entrevista para Bitácora de Negocios que en el IFT están abiertos al debate que contribuya a las capacidades regulatorias del estado mexicano.
Obviamente hay áreas sujetas a mejora, pero el IFT es el sucesor de COFETEL y durante la época de esa comisión Federal se generaron problemas de politización de decisiones, ventaja a operadores grandes empresas, además de cuestiones de falta de concesiones de radio, carencia de métodos, entre otros problemas", dijo para El Heraldo Radio.
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Destacó que como resultado de estas malas experiencias se dio la entrada autónoma del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
En este sentido, durante su conversación con Mario Maldonado, el comisionado negó rotundamente que el instituto atienda algún tipo de intereses políticos, pues refrendó el compromiso que tiene el organismo para mejorar la calidad de vida de los mexicanos mediante a al a óptima conectividad.
Nosotros vemos la autonomía como forma de garantizar que las decisiones sean técnicas y no políticas”, dijo.
Por otro lado, informó que desde el 2013 los servicios móviles han tenido una reducción considerable de precios, lo que sin duda beneficia a la economía de los mexicanos, algo necesario durante la crisis económica que ha dejado la pandemia por Covid-19.