Los pasillos desolados del mercado de San Pablito, en Tultepec, dan cuenta de que la pandemia apagó en esta temporada las ventas de productos pirotécnicos. El lugar fue reconstruido luego de que explotara en diciembre de 2016 y apenas hace un año había reabierto sus puertas.
Algunos tuvieron que realizar otras labores ajenas al oficio, pues, para evitar aglomeraciones, se cancelaron los eventos del 15 de septiembre en distintos puntos del país, especialmente en los ayuntamientos, que eran sus principales clientes en las fiestas patrias.
Lizbeth Campos, sentada en un banquito afuera de su puesto, cuenta que lleva en el negocio 40 años, tiempo en el que asegura que nunca había visto un panorama tan desalentador.
“Está muy triste, no hay gente, llevamos un mes aquí y económicamente nos está pegando a todos; si antes vendíamos 100 por ciento, ahora lo hacemos en un 20 por ciento”, lamentó la señora, conocida por sus clientes y compañeros como Mamá Lucha.
Francisco Ciricio recuerda que en los buenos tiempos el mercado era visitado por familias como si se tratara de un día de campo; sin embargo, el desprestigio del oficio por el peligro que significa y el panorama dejado por la contingencia sanitaria provocó que decreciera la producción hasta 80 por ciento.
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“Estamos pasando por momentos duros. Tultepec es famoso por su pirotecnia y no queremos que esto termine porque es un bello arte que lo llevamos en la sangre. Mucha gente depende de esta bella tradición”, afirmó Ciricio, quien lleva 25 años en el oficio.
Pese a las bajas ventas, entre los productos más populares que se venden este año está un cohete llamado El charro volador, el cual vuela y del que desprenden luces de colores, aunque lo peculiar es que cuenta con la imagen del Presidente. Algunas personas incluso lo llaman el AMLO volador.
Después de las celebraciones de independencia, otras temporadas fuertes para San Pablito son el Día de Muertos, Navidad y Año Nuevo, ventas de las que depende 80 por ciento de su población.
Nada qué celebrar
La pandemia del coronavirus afectó aún más la industria de la pirotecnia. De los 300 locales que se encuentran en el mercado, sólo 184 reabrieron, mientras que otros 94 locatarios aún esperan la emisión de su permiso de venta, otorgado por el Ejército Nacional.
Según el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (Imepi), hasta 2019 este sector constituía el sustento de 140 mil familias en 72 municipios del Estado de México, las cuales producían 60 por ciento de los fuegos artificiales en el país, que generaba una derrama de siete mil 700 millones de pesos.
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Por José Ríos
lhp