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¿Encontraron a uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa? FOTO da esperanzas de vida

Uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa podría estar con vida en Mexicali

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Uno de los 43 normalistas podría estar en calles de Michoacán FOTO Twitter vozmichoacanCréditos: Twitter vozmichoacan

El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa cimbró a México y a seis años de la desaparición de los jóvenes al parecer se enciende una llama de la esperanzapues resulta que uno de los estudiantes podría estar con vida en Mexicali. Debido a esta nueva información, la Comisión Local de Búsqueda de Baja California inició un operativo para confirmar si se trata o no de José Antonio Tizapa Leguideño, uno de los jóvenes que desapareció. 

"Pues las características físicas que son muy similares a las de un estudiante. En virtud de eso se va a hacer el operativo y buscar a la persona; ojalá que se pueda localizar y saber si se trata del estudiante buscado" señaló Vidulfo Rosales Sierra el abogado de los padres de familia de los 43 estudiantes. 

Resulta que el 15 de septiembre pasado la Secretaría de Gobernación (SEGOB) a través de la Comisión Nacional de Búsqueda, envió un documento en la que solicitaron al equipo de buscadores coordinarse para realizar una búsqueda en la capital del estado, luego de que familiares vieran la fotografía de un joven con parecido al estudiante de la normal.

En entrevista, luego de las protestas y quema parcial del Congreso de Guerrero, el también abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña 'Tlachinollan' detalló que la búsqueda de los jóvenes se divide en dos partes: la búsqueda en vida y la búsqueda sin vida.

Respecto a esta primera línea de investigación indicó que fue retomada luego de que una persona reportara que vio a un joven con las características del estudiante. 

Por tal motivo ayer la señora Hilda Leguideño, madre de José Antonio, normalista del que se especula ya hay paradero, viajó a la ciudad de Mexicali para acompañar a la búsqueda de esta persona.

Cuatro puntos para entender el caso

UNO

A las 17:30 horas del 26 de septiembre cerca de 80 estudiantes de la normal de Ayotzinapa se dirigieron al norte del estado de Guerrero; a la ciudad de Iguala.

Los estudiantes llegaron como pudieron a Iguala. Ellos intentaban secuestrar varios autobuses y viajar hasta el entonces Distrito Federal para participar en la marcha anual conmemorativa de la matanza estudiantil de 1968. Sin saberlo, ellos serían víctimas de otra matanza.

DOS

En punto de las 21:20 horas los estudiantes lograron llevarse cinco autobuses de la central en Iguala en camino al entonces D.F. Aunque durante su traslado y a menos de 20 minutos de salir de la terminal, un operativo de fuerzas policíacas, ejército y aparentemente narcotraficantes los emboscó.

Cuatro de los cinco transportes salieron al norte, sólo uno fue al sur. A las 21:30 horas, un convoy de militares intentó detener al primer autobús, uno de los tres que viajaban camino al norte.

Los soldados presuntamente lanzaron balazos al aire, a forma de advertencia; aunque a esta hora los alumnos lograron repeler la primera agresión.

Tras la primera balacera, uno de los cuatro vehículos (que iba al norte) se separó y se dirigió al este; sitio en el que se encontró con el autobús que en un principio se había separado.

A las 21:40 horas ambos convoys (norte y sur) fueron atacados, simultáneamente. En diferentes sitios de la ciudad.

Los dos autobuses que se dirigían al norte fueron bloqueados por 12 patrullas en la calle Juan Álvarez. Desde atrás de los automotores, elementos policíacos comenzaron a rafaguear. El ataque duró varios minutos.

Ahí se registraron tres estudiantes heridos. Aldo Gutiérrez recibió disparos en la cabeza, heridas que lo dejarían cuatro años en coma; mientras que otro recibió un balazo en la mano. 

Un último alumno identificado con las iniciales MAO presentaba dificultades para respirar. Después de súplicas, las autoridades concedieron a algunos normalistas trasladar a sus compañeros a un hospital cercano.

En tanto, el tercer vehículo que cambió su ruta fue interceptado por policías quienes golpearon y obligaron a entre 12 y 15 estudiantes a subir a una patrullar.

Eso fue el último paradero conocido del primer grupo de normalistas.

A unos metros, al autobús que iba rezagado lo interceptaron otros elementos policíacos, quienes obligaron a los alumnos a bajar. Los oriundos de Ayotzinapa lograron escapar.

Para las 23:00 horas, en el primer ataque registrado, fuerza policíaca volvió a balear las unidades obligando a 30 alumnos, que se escondían por el miedo que les provocó la primera balacera, a bajar.

A estos estudiantes también los golpearon y subieron en patrullas, desde entonces se desconoce su paradero.

TRES

Cerca de las 23:00 horas un nuevo autobús entró en el panorama, en esta ocasión se trataba de un grupo de futbolistas del club Los Avispones quienes salía del estadio de Iguala.

Cuando el transporte que llevaba a los jugadores y automóviles particulares ,de familiares de los futbolistas, se dirigía a Chilpancingo se encontraron con un retén de la Policía Federal.

Los policías permitieron a los vehículos particulares avanzar por un terreno ajeno a la autopista; mientras que al autobús con los jugadores le ordenaron seguir con el camino habitual.

Para las 23:30 horas en el cruce de Santa Teresa, los atacaron brutalmente por los dos lados de la carretera por un grupo ajeno a las autoridades policíacas.

En este ataque fallecieron David Josué Evangelista y el conductor Hugo Ortiz. Mientras que otros ocho jugadores resultaron heridos.

CUATRO

Tras una noche de pánico y muerte, los medios de comunicación nacionales comenzaron a difundir el ataque. Entonces se desconocía el saldo, horas después la información comenzaría a correr a cuentagotas.

Al menos cinco personas fallecieron y otros 43 estudiantes desparecieron. Pasaron uno, dos, tres, doce, sesenta meses y aún se desconoce el paradero de los jóvenes.

Para octubre de 2014 la Policía detuvo a José Luis Abarca y a su esposa, María de Los Ángeles Villa por ordenar la detención y desaparición de los estudiantes.

Por: Redacción Digital El Heraldo de México/ Alfonso Juárez y Karla Benítez

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