El gobierno del Estado de México publicó las reformas al Código Civil para eliminar los roles de género a fin de reconocer el valor de trabajo en el hogar y las tareas para el cuidado de la familia de mujeres y hombres por igual.
Las reformas, que fueron aprobadas en la LX Legislatura Estatal, reconocen como iguales a hombres y mujeres como sujetos de garantías en caso de separación o divorcio para que ambas partes tengan derecho a recibir alimentos.
Dichas modificaciones consideran la protección, la organización y el desarrollo integral de los miembros de la familia, basados en el respeto a su dignidad, libertad y la equidad de género.
Los cambios fueron publicados en la Gaceta del Estado de México, donde se especifican las fracciones I y II del artículo 4.109, el artículo 4.127, la fracción II del Estado de México.
Tienen derecho a recibir alimentos las y los hijos menores de edad o mayores de edad que se dediquen al estudio, los discapacitados, los adultos mayores, cualquiera de los cónyuges o de los concubinos que se haya dedicado cotidianamente al trabajo del hogar”, establece.
La reforma indica que el derecho a alimentos no será inferior a 40 por ciento del total del sueldo, hasta que los hijos cumplan la mayoría de edad o que se dediquen al estudio.
En caso de que alguno de los concubinos esté imposibilitado física o mentalmente para trabajar, tendrá derecho a alimentos, el cual no será inferior a 20 por ciento del total del sueldo, por el tiempo que haya durado su unión.
De acuerdo con estadísticas del Inegi, 28 por ciento de los hogares en el Estado de México son dirigidos por una jefa de familia que no se dedica a las labores del hogar o al cuidado de sus hijos.
La iniciativa a esta reforma fue presentada desde agosto de 2019 por el grupo parlamentario del PRD, la cual buscaba darle representatividad a hombres y mujeres que se encargan del cuidado y desarrollo de sus familias.
La aprobación de ésta se hizo el pasado 4 de febrero, tras considerar importante fortalecer el reconocimiento de igualdad entre hombres y mujeres, y así superar paradigmas que permitan garantizar la debida representatividad. [nota_relacionada id=999332]
Por José Ríos
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