La Guardia Nacional y la autoridad municipal de Santiago Suchilquitongo, Etla, tuvo que intervenir esta mañana para suspender el velorio de la última víctima de coronavirus y obligar la inmediata sepultura.
La velada del cuerpo, a la que concurrieron cerca de cien personas, violaba la disposición final de cadáveres con virus, ordenada por el gobierno del Estado y publicada en el Periódico Oficial del 8 de abril.
El presidente municipal de Suchiquitongo, Julio César Rodríguez López, informó que ante este caso, otro confirmado, y un sospechoso más en la población, se inició la sanitización de espacios públicos.
Esta labor se hace con un vehículo especial de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), que emite chorros ligeros de desinfectante a 50 metros a los costados y a 20 metros de alto, por lo que se pidió a la población mantener abiertas puertas y ventanas de sus domicilios.
Respecto a su intervención para sepultar a la víctima de COVID-19, el munícipe señaló que a pesar de que el cuerpo fue entregado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en una bolsa sellada y en un ataúd sellado herméticamente, la familia decidió velarlo en su domicilio.
El presidente municipal dijo que el IMSS no vigiló la disposición final del cadáver y sólo les dio parte, por lo que desde las siete de la mañana de este sábado intervinieron para suspender la tradición cristiana.
Sin misa ni sacerdote, la señora tuvo que ser inhumada cerca de las 10 de la mañana, en una fosa que dispuso el Ayuntamiento en el panteón municipal.
El edil de Suchilquitongo señaló que otra de las medidas asumidas fue la colocación de filtros en los accesos al municipio y a las agencias municipales, apoyados por la Policía Municipal y la Guardia Nacional, que aún vigila las calles. No se está permitiendo el acceso a personas que nada tengan que hacer en la comunidad, añadió.
La Guardia Nacional también apoyó en el cierre de negocios de bebidas alcohólicas, que hasta hoy se habían negado.
Por: Genaro Altamirano
dhfm