Por el camarón y el pescado, se rompió la sana distancia en La Viga y La Nueva Viga, donde las medidas para evitar contagios por el COVID-19 no importaron a los compradores.
En el mercado de La Viga, debido a la aglomeración registrada ayer, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana suspendieron la venta en puestos instalados en la vialidad.
Antes, policías habían exhortado a las personas a ir a sus domicilios y a los vendedores a levantar sus puestos, pero ante la indiferencia de la gente, retiraron los comercios.
Mientras, en La Nueva Viga, con su filete de pescado frito en la mano izquierda y agarrando a su nieta con la mano derecha, José, de 65 años, rechazó tajante que exista el COVID-19. Dijo que la enfermedad es un invento, porque realmente la gente se está muriendo de gripa.
“Coronavirus aquí no hay. Está en Estados Unidos, ocho muertos de gripa y dicen que es coronavirus, todo mundo está preocupado, pero esperemos en Dios y no pase nada”, comentó.
En locales de venta de empanadas de camarón y pulpo, las personas se formaban sin guardar el metro medio de distancia. En los pasillos, los compradores chocaban mientras buscaban el mejor precio para comprar jaiba, camarón, filete, mojarra o pulpo.
¿No le da miedo el coronavirus?, se le cuestionó a Alan Guevara, que llevaba una caja con empanadas. “Pues sí, pero hay que llevar la comida a la familia. Ahorita todo tranquilo, guardo mi distancia y a ver qué pasa”, contestó.
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Rosa María, quien viajó desde Cuajimalpa, reconoció que aunque en el mercado de mariscos de La Nueva Viga los alrededores está muy sucios, tiene productos más económicos, pues con lo que paga por un kilo cerca de su casa, allí puede adquirir dos kilos.
Por Almaquio García Chagoya