La emergencia sanitaria por el COVID-19 provocará que cientos de miles de cubre bocas, toallas desinfectantes y guantes de látex contaminados, terminen en las calles y no se aplique un manejo adecuado de estos residuos infecciosos en el país, advirtió Christian Omar Armas, especialista en medio ambiente y representante de la Asociación Civil “CIBRUC”.
El experto en temas de residuos, explicó que México cuenta con 119 Millones de Habitantes, según el censo del INEGI en 2015, “esto nos habla de que un promedio del 50 por ciento de los habitantes estará utilizando cubre bocas y pares de guantes, de plástico para evitar el contagio del COVID-19”.
“Al menos 71 millones de cubre bocas y pares de guantes diariamente, terminarán y en las calles, barrancas, tiraderos clandestinos y los sitios de disposición final, sin contar con ningún tratamiento adecuado, ya que México se caracteriza por el mal manejo de los residuos”, advirtió.
Mientras el Gobierno de Estados Unidos está comenzando a sancionar a todo aquel que no deposite estos residuos en el contenedor adecuado, en nuestro país no existe una línea de acción en este sentido, acotó.
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Expuso que la recomendación por parte del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC siglas en inglés) es tratar todos estos residuos como biológico infeccioso, para evitar la propagación del COVID-19.
El reto es separar estos residuos infecciosos, para que los 220 mil pepenadores a nivel nacional, y los miles de trabajadores de limpia que existen en México reduzcan al máximo el riesgo de ser contagiados por dicho virus, alertó.
La recomendación –subrayó-- es reutilizar las bolsas de plástico del súper, barras de pan, para depositar nuestros residuos biológicos infecciosos; “una vez que depositemos nuestros cubrebocas, guantes de plástico y pañuelos cerrar con doble nudo dichas bolsas y marcarlas con rojo de que contienen residuos infecciosos, para evitar que sean abiertas por los pepenadores o los trabajadores de limpia”, abundó.
El consultor binacional sobre el tema de desechos reiteró también el llamado para no rociar cloro o alcohol en dichas bolsas, ya que el cloro –hipoclorito de sodio- es altamente tóxico, se libera como gas dañándonos y debilita el sistema inmunológico de las personas que estén en contacto directo, y el alcohol puede provocar incendios en los sitios de disposición final, barrancos o donde terminen dichas bolsas de basura, generando graves afectaciones al medio ambiente y nuestra salud.
Recordó que un puño de bicarbonato de sodio diluido en una cubeta de 20 litros de agua, es mucho más efectivo que el cloro y menos dañino.
Insistió en que debemos separar nuestros residuos infecciosos y evitemos salir de nuestras casas para reducir el exceso de residuos infecciosos.
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Por: Atahualpa Garibay
dhfm