La enfermera Gabriela Mora Hernández, lleva 35 años ejerciendo su vocación en el Instituto Nacional de Seguro Social (IMSS), a pesar de ser víctima de violencia de género a las afueras de su lugar de trabajo este 9 de marzo no paró.
“Enfrente de la clínica tenemos un antro y al atravesar la calle unos tipos se acercaron y uno me tomó del brazo, me dio tanto miedo, estaban bromeando, pero te quedas en el pánico. Y es que no tienen porque, ni jugando, ni bromeando, ni nada” señala en entrevista para El Heraldo de México.
Ella sabe el compromiso que tiene con la sociedad y eso hizo que no apoyara el paro físicamente, no obstante, sí manifestó su descontento con la violencia que sufre la mujer en el país, ella junto con sus 35 compañeras portaron moños morados. Porque no sólo como mujeres, si además como enfermeras han sufrido agresión de forma verbal y física dentro de su trabajo.
“Nosotras tenemos un compromiso con el pueblo, somos muy pocas en esta unidad y tenemos una población muy grande, es por eso que decidimos no parar, seguir adelante, pero portando los distintivos, de alguna manera hay que mostrar nuestro dolor y apoyo al paro”
Hay compañeras que sí pararon con todo y el descuento por la inasistencia porque, nos dice, saben que se debe de hacer una presión, levantar la voz, expresarse, para que se respete a las mujeres.
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“Como yo lo veo es que debemos expresar al pueblo todo lo que como mujeres vivimos; que no se trata de levantar la voz para dañar al país, se trata de levantar la voz para expresarle al gobierno, al presidente (Andrés Manuel López Obrador) lo que queremos que suceda, los cambios que queremos, sin dañar a terceras personas. Queremos que se nos respete, porque hemos sido muy dañadas”
Gaby ha vivido experiencias dolorosas a lo largo de su vida departe de hombres dentro y fuera del seno familiar, episodios que aún son difíciles de contar y que se toparon con la incomprensión y crítica.
“En la antigüedad los padres actuaban con las ideas de antes, cuando tu expresas lo que te ha sucedido recibes golpes porque tú lo permitiste, porque tú quisiste, porque tú, siempre, eso fue lo que yo recibí de mis padres.”
Por: Lisbette R. Lucero
hgm