Desolador es el panorama para los artesanos, que están vinculados directamente al sector turístico. Sin visitantes, no hay clientes y sin clientes, no hay ventas. Muchos artesanos viven al día. Los productos artesanales (excluyendo alimentos y dulces típicos) representan el 13.5 del PIB del sector de la cultura y el 0.4% del PIB nacional, según datos de Cuenta Satélite de la Cultura de México (CSCM), en 2016.
“¡Hoy más que nunca la situación es crítica!, pero esta es la frase ya atemporal. Es como un mantra, que se ha convertido en lamento del artesano, desde que yo tengo memoria. Es fácil darse cuenta de los problemas y acechanzas que arrastra el sector artesanal y para rematar un virus que viene a deprimir la economía global”, externó en entrevista con El Heraldo de México, el artesano tlaquepaquense, Pablo Goche.
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El reconocido artista especializado en piezas de miniatura lamenta que gobiernos de diferentes colores van y vienen dejando anquilosadas las buenas intenciones, leyes endebles e instituciones de gobierno inoperantes.
El artesano que tiene su taller en el municipio de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, exige que los recuerden dentro del programa de apoyos para enfrentar los problemas económicos que traerá el COVID-19. De entrada, menciona cinco puntos que las autoridades deben tomar en cuenta:
1.-Actualizar padrón de talleres artesanales.
2.-Identificar y clasificar actividades.
3.-Conveniar con los artesanos las actividades de promoción de sus actividades «in situ».
4.-Colocar identificadores en la fachada del taller.
5.-Crear rutas de visita a estos talleres para su promoción directa y hacer turismo participativo.
De hecho, Goche propone promover el turismo vivencial o de inmersión, turismo de identidad fabril, turismo de valores intangibles y tangibles, así como uno especialmente para familiarización del entorno y explica:
“El turismo vivencial está enfocado a los viajes de experimentación mediante la conexión con su población, su historia, su actividad y su cultura. El fabril es para crear un destino turístico urbano de la actividad artesanal que da imagen e identidad turística al destino. El de valores intangibles crea condiciones para resaltar patrimonio cultural, entre ellos la artesanía y sus creadores, potencializando el capital humano”, añadió.
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Y finalmente, el turismo de familiarización con el entorno que trabaja de la mano de operadores turísticos o agencias de viajes para que los visitantes puedan vivir la experiencia de un destino turístico en primera persona y lo promuevan.
“Las actuales autoridades, si en verdad quieren (ayudar) deberán hacer programas viables en conjunto con la población artesanal, programas reales que vengan a promover, incentivar y sobre todo a fomentar la precaria economía de este sector de la población. Somos portadores de la tradición, de nuestros valores intangibles, de los signos de identidad que sustentan nuestra comunidad y dan fe de la realidad que somos”, finalizó Goche.
POR REDACCIÓN DIGITAL EL HERALDO DE MÉXICO
ialc