Ximena Quijano venció la leucemia que padeció cuando tenía 10 años de edad, y entonces decidió ser médica, vocación que fue cortada el domingo por manos de desconocidos que acabaron con su vida, junto con dos amigos y un conductor de Uber.
Su mamá, Sonia Hernández, recordó en entrevista que la joven quería ser ginecóloga, “porque le encantaban los bebés”. De familia de médicos, Ximena llegó a México en agosto para hacer su internado en la UPAEP: “Era una niña muy alegre, muy feliz. Estaba feliz en México, y decía que se quería quedar a hacer su especialización. Yo le decía que no, que tenía que volverse al país”, mencionó su mamá.
Hace siete meses, a ella y José Antonio Parada, a quien conocía desde el primer semestre, sus padres los dejaron en Puebla para que estudiaran. Ayer, vinieron para llevárselos de regreso, en medio del dolor familiar.
[nota_relacionada id=881687]POR ANTONIO BAUTISTA
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